Después de un mes de guerra, los dos dirigentes de la UMP, François Fillon y Jean-François Copé, deberán restaurar su imagen y sacar a su partido de la crisis.

El lunes por la noche anunciaron que habían llegado a un acuerdo para realizar una nueva elección en setiembre. Hasta entonces, Copé estará al frente del partido.

El pacto también incluye la renuncia por parte de ambos a recurrir a los tribunales y la disolución del grupo parlamentario paralelo que crearon partidarios del ex primer ministro Fillon que, según anunció ayer a diputados de la UMP, «en junio» decidirá si presenta nuevamente su candidatura a la presidencia de la UMP en la nueva elección, que tendrá lugar en 2013.

Para evitar que el nuevo escrutinio se convierta en otra batalla, «una alta autoridad» garantizará el desarrollo del proceso electoral y que los candidatos tengan igualdad de oportunidades.

La crisis ha causado una pérdida de popularidad para ambos. Según un sondeo publicado el lunes por el instituto BVA, Copé, con un 16% de buenas opiniones, perdió 11 puntos porcentuales en un mes, cifra que llega a 29 entre los simpatizantes de la derecha (a 28%), lo que lo sitúa en el último lugar en las encuestas de popularidad de las personalidades de derecha. Fillon pierde 6 puntos en la encuesta general, con un 39% de buenas opiniones, y 10 puntos entre los simpatizantes de derecha (62%).

Las encuestas reflejan la opinión general en el propio campo de la UMP. El ex primer ministro Jean-Pierre Raffarin, cuya mediación fue decisiva para llegar al acuerdo del lunes, afirmó que «las secuelas» dejadas por el enfrentamiento entre Fillon y Copé «serán graves».

En esta batalla «solo hay perdedores», estimó el diputado Henri Guaino, que fue consejero del expresidente Nicolas Sarkozy. «Los dos candidatos son perdedores evidentemente, pero también todos los militantes», dijo.