La Diputación de Gipuzkoa respondió ayer a las críticas de la patronal Adegi al nuevo Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas (IRGF) aprobado la pasada semana y negó que ataque a la «cultura empresarial guipuzcoana y la empresa familiar». La Diputación subraya que el nuevo impuesto «grava la riqueza de las personas y no a las empresas» y ofrece además «un tratamiento privilegiado a las inversiones empresariales».

En una nota de prensa, la Diputación recuerda a Adegi que con el nuevo impuesto «los empresarios que inviertan en su empresa pagarán un máximo de un 0,25% por la riqueza que inviertan en la misma, mientras que aquellos que inviertan en activos financieros tendrán que pagar un máximo de un 1%, es decir, cuatro veces más».

Además, señala que se incentiva la inversión en activos productivos, instalaciones y maquinaria «frente a otro tipo de inversiones, al estar las primeras bonificadas en un 75%, y por lo tanto, menos gravadas que las inversiones en activos inmobiliarios o financieros», lo que, a su juicio, «supone un aliciente para que los empresarios inviertan en sus empresas, fortalezcan los fondos propios y creen empleo».