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xabier iriondo | guitarra, multiinstrumentista

«La idea de romper este cielo con un irrintzi, para mí es perfecta»

Xabier Iriondo es un multiinstrumentista nacido en Milán, de padre ondarrutarra. LLeva grabados no menos de sesenta discos, la mayoría de ellos surgidos de diferentes proyectos con los que toca en paralelo, Musicalmente es también un artista ambicioso, y capaz, ya que se mueve con presteza y talento por diferentes áreas, desde el rock estándar a la vanguardia. «Irrintzi» es su primer disco en solitario. Una cuidada edición en vinilo doble, con un diseño espectacular y donde la experimentación es parte de la zona ancha de las estrías.

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Pablo CABEZA | BILBO

Karmelo Iriondo Etxaburu, hijo de un arrantzale, nació en Ondarroa el 7 de julio de 1921. Lo hizo en una buhardilla de la calle Handi en el casco viejo, una casa de finales de 1700. Ese es el lugar donde ahora vive Xabier Iriondo, su hijo, cuando dispone de tiempo libre, que nunca será mucho dada su agitada actividad musical en Milán, donde reside y nació.

Karmelo Iriondo fue el único de los hermanos que no se dedicó a la mar. Lo suyo desde niño fue la pelota. Jugó en Ondarroa, Berritua, Mutriku y Markina. En 1938, con solo 17 años, debutó como profesional en el Aragonés de Zaragoza, después llegaron el Vigués, Novedades, de Barcelona (1942-46), el frontón canario de Santa Cruz de Tenerife, vuelta al Novedades del 49 al 52, año en el que se traslada a Italia y juega en el Milano de 1952 a 1963. Se retiró a los 42 años. En Milán conoce a Afra Gemmi, será su compañera. De esa unión nacería en 1971 Xabier Iriondo (su hermano Alex nació en el 58, de él son los primeros discos de los que se nutre Xabier), músico que acaba de publicar un espectacular doble vinilo titulado «Irrintzi», también de doble portada con una preciosa foto de las peñas de Saturraran en su interior. Cada disco contiene dos caras «A» y en las »B» (sin sonido ni surcos) encontramos dibujados, blanco sobre negro un espectacular dibujos de un dantzari y diferentes postura de un jugador de cesta punta, especialidad de su aita.

El sonido de «Irrintzi» es sugerente, magnético, pleno de claves, de querencias y de talento. No son composiciones comunes, Iriondo se inclina por la investigación sonora, por el encuentro o choque de sonidos e ideas. «Elektraren aurreskua» se inicia con txistu, un irrintzi, recuerdos a Mikel Laboa, la alboka, voces de un niño, secuencias, tensión. «Irrintzi» es más agresiva, gruesa. Cabe la improvisación, la distorsión extrema, la inclusión de instrumentos de cuerda exóticos.

En «Gernika eta Bermeo» se escucha la voz de Karmelo Iriondo relatando los ataques fascistas a esas poblaciones. Cuenta como los gudaris tienen que luchar contra los Flechas Negros italianos en una batalla de tres días. Xabier le grabó a su aita diversas historias, entre otras las vivencias de él al respecto. La canción resulta tan emotiva como doliente, tanto por texto como por textura musical. Karmelo Iriondo falleció en setiembre del año pasado a los noventa años. El disco es de mediados de este año.

Iriondo versiona «Itxiarren semeak» de Pantxo eta Peio, el «Cold Turkey» de Lennon, donde se luce con su eléctrica. y borda la versión ante un disco atrevido, admirable y donde «In ceelo sfondato» o «Reason to belive» (de Bruce Sprignsteen) contribuyen a sentar las bases de esta original propuesta. Iriondo ha girado por toda Europa, USA, Japón... y China.

¿Cómo se introduce en la música, quién le alienta?

Mi pasión por la música (rock en particular) llega por parte de mi hermano Alex. Desde que era niño en mi casa siempre se han escuchado discos de Elvis Presley, Led Zeppelin, Pink Floyd, etc. A los diecisiete años mis padres me regalaron una guitarra eléctrica y un amplificador... Nunca había tocado. A las dos semanas de llegar la guitarra a mi cuarto, ya di mi primer concierto. Todo gracias a una actitud punk y a las ganas de estar en un escenario.

¿Las improvisaciones, distorsiones, asonancias..., pertenecen a una etapa reciente o están con usted desde hace tiempo?

Nunca he tomado clases de música. Empecé a tocar música improvisada con veinte años y desde entonces es parte de mi camino.

Y de qué música se ha nutrido especialmente.

Desde el kraut-rock alemán (con y toda la gran retahíla de grupos que hubo) hasta los grupos progresivos de Italia (que tuvo muchos y buenos hace tiempo), más los músicos dados a la electrónica y el ruidismo... Pero también aliento facetas más estándar con otros grupos en los que participo.

¿Y músicos?

La lista es larga. Puedo empezar por Luigi Russolo (futurista, padre del manifesto «L'arte dei rumori») y seguir con Elvis Presley, John Cage, Are, Can, This Heat, Bruce Springsteen, Captain Beefheart, Suicide, Wire, Pere Ubu, Neu, Pop Group, el rock radikal vasco (Cicatriz, R.I.P., Kortatu, La Polla Records, Eskorbuto, etc). Incluso las grabaciones hechas por el etnomusicólogo Alan Lomax desde los años 30 hasta los cincuenta. Pero esto es solo una muestra, unas pinceladas orientativas.

Usted es guitarrista, pero su mundo no acaba ahí.

Es cierto. Principalmente toco la guitarra eléctrica, pero me gusta trabajar con instrumentos de cuerda de otros lugares (Japón, India, etc) y sobre todo me encanta construir y tocar instrumentos que extraigan los sonidos que tengo en mi cabeza y que muchas veces no llego a conseguir con las guitarras eléctricas. El principal de estos instrumentos se llama Mahai Metak (es el que se puede escuchar en «Gernika eta Bermeo»), un cordófono de 10 cuerdas hecho en una tabla de madera de oliva, un instrumento eléctrico que tiene implementado en su interior un oscilador.

LLeva más de sesenta referencias. Ha grabado con numerosos grupos, en formato dúo, ahora en solitario. ¿Cuál fue su primera grabación?

Grabé por primera vez en 1993. Fue un álbum con el grupo Afterhours, una banda italiana de rock con la que ya he grabado seis discos [Es el grupo con un sonido más estándar y con el que gira de manera habitual, llegando a grandes festivales]. Desde ese año hasta ahora he materializado cerca de 60 discos con grupos y proyectos de música muy diferentes el uno del otro, desde indie-rock hasta música electrónica, desde folk-progresivo hasta música de vanguardia, pasando por el post-punk o el free-jazz.

«Irrintzi» posee un diseño espectacular y repleto de pequeños detalles que aún lo magnifican más. ¿Por qué este empeño?

Quería hacer algo que nunca hubiese hecho. Un objeto artístico único (que no se repetirá) con una tirada limitada de 500 copias. Me he concentrado en e l sonido, pero también en la parte gráfica. El diseño original de la portada es de la artista Valentina Chiappini y las serigrafías (el ezpatadantzari que levanta la pierna [espectacular a lo largo de toda una cara del vinilo] y las posturas de los jugadores de cesta punta (en las caras de los discos sin grabar), están hechas a mano por la propia Valentina. No creas que hacer una cosa así tiene un gasto impresionante (cada álbum no ha costado más de 10 euros). Solo es pasión y creer en el echo de que un objeto artístico personal y artesanal tiene más valor que un producto industrial.

En el disco hay varios irrintzis, pero justamente no en la canción que lleva ese título, ¿quién le ayudó en los otros?

El irrintzi lo ha hecho Yolanda Eizagirre, una amiga ondarresa, que es también la autora de la foto de Saturraran del interior del disco. En la canción «Irrintzi» no tenía por qué ir el grito. La canción habla de eso, de que hay que gritar. Otra cosa es «Il cielo sfondato», que quiere decir «El cielo se rompió». La idea de romper este cielo, con un sonido humano tan fuerte y característico como el irrintzi, para mí es perfecta, porque llena de carga revolucionaria el sonido en la vida de la naturaleza y del hombre. Respecto a la música, la obsesión la crea el Sahai Baaja, instrumento indio. En la canción participan dos músicos y amigos fantásticos: Gianni Mimmo al saxo soprano y Paolo Tofani [del grupo de los año setenta Area y muy reconocido] a la guitarra sintetizada.

En el disco hay querencia por las versiones: Pantxo eta Peio, John Lennon con la Plastic Ono Band, Motorhead....

La guitarra de Cold Turkey la toco yo. Es un riff asesino, obsesionante. Es una gran obra de rock'n'roll. He decidido hacer versiones de gente tan diferente porque escucho y me gustan músicas muy distintas. Bruce Springsteen para mí es el puto amo. No hay performer viviente que llegue a trasmitir al público (sobre todo en sus conciertos) con letras y música lo que hace él. Motorhead es una de las máquinas de sonido de guerra más increíble que se pueda encontrar. Y lo siguen haciendo con gran fuerza y actitud sincera. La versión más atrevida del álbum es la mezcla entre dos cantantes italianos: uno muy famoso, Lucio Battisti (el más conocido de todos los años setenta) y otro prácticamente inédito, un poeta/obrero de nombre Francesco Curra, que hizo solo un álbum en 1977 en el que mezclaba textos surreales muy atrevidos, música clásica contemporánea, electrónica y ruidos industriales grabados por él mismo. [Contacto: www.xabieririondo.com].


 

SU AITA

«Después de comer se hizo un café, se preparó su copa de brandy, encendió un puro, yo apreté el botón de grabación y empezó a contarme muchas cosas, entre ellas su recuerdo del bombardeo de Gernika»

INVESTIGACIÓN

«Me encanta construir y tocar instrumentos que extraigan los sonidos que tengo en mi cabeza y que muchas veces no llego a conseguir con las guitarras eléctricas. El principal se llama Mahai Metak»

Proyecto base

«Grabé por primera vez en 1993. Fue un álbum con el grupo Afterhours, una banda italiana de rock con la que ya he grabado seis discos»

FAVORITOS

«Springsteen es el puto amo. No hay performer que llegue a trasmitir al público (sobre todo en sus conciertos) con letras y música lo que hace él»

«Mi padre siempre me ha visto como un tío un poco raro, pero ha estado siempre muy orgulloso de mí»

El disco se abre con la canción «Elektraren aurreskua» e interacciona al máximo con Euskal Herria: txistu, alboka, un lejano y coral «Txoria txori», además de la voz de una niña, como si fuese la esperanza, la nueva vida...

Sí, es mi hija. Se llama Viola Elettra, es la única que tengo de mi unión con mi esposa Valentina Chiappini, pintora y autora de la portada del disco y otros elementos. El aurresku, en mi cabeza, es algo parecido a lo que señalas. Es el saludo de una niña a su abuelo. El «Txoria txori» de Mikel Laboa, y que se escucha hacia el final de la canción, es un canto espontáneo de mi familia y amigos de mi aita tras esparcer sus cenizas en el mar, en Saturraran, en ese lugar [preciosa foto] que se ve en el interior de la portada. Esa es la playa donde yo aprendí a nadar. Tengo muchos recuerdos de ella.

¿Y los que tocan?

El txistu y la alboka que se escuchan son de Gaizka Sarasola, de Lesaka. Le conocí hace seis años en el festival Hertz, de Bera, en una gira conjunta que hice junto a Damo Suzuki [Damo fue cantante de una de las formaciones alemanas más importantes del rock de los setenta. El llamado kraut-rock se colocó en la avanzadilla musical de todo el mundo]. Gaizka y yo tocamos juntos en formato de dúo y me gusto mucho cómo tocaba el txistu, el tumtum y la alboka y, sobre todo, me conquistó como persona. Gaizka toca música folk vasca, pero también trabaja con músicos electrónicos.

¿Cuándo le graba a su aita el relato de los bombardeos y lucha con los fascistas en Gernika y Bermeo?

Un día le dije que me hubiera gustado haberle grabado algunas cosas de su vida, era un domingo. Después de comer se hizo un café, se preparó su copa de brandy, encendió un puro, yo apreté el botón de grabación y empezó a contarme muchas cosas, entre ellas su recuerdo del bombardeo de Gernika. Mi padre siempre me ha visto como un tío un poco raro, pero ha estado siempre muy orgulloso de todo lo que he hecho en la vida.

¿Ene l disco se incluye «Itziarren semeak» la conoce por su aita?

Conozco esa canción desde que yo era chaval. Mi aita tenía una casete que solíamos escuchar en el coche y me acuerdo de la melodía y el ritmo. Muy bonita.. Tengo un recuerdo muy fuerte de esa canción. No tanto por la letra, sino por el recuerdo de escucharla en los setenta con mi aita en su coche. P.C.

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