TRAS EL ACUERDO PRESUPUESTARIO EN GIPUZKOA | Martin garitano, DIPUTADO GENERAL DE GIPUZKOA POR BILDU
«Auguraron catástrofe y autarquía, y solo nosotros hemos pactado con todos»
Gipuzkoa contará un año más con unos presupuestos actualizados, en esta ocasión gracias al pacto entre Bildu y PSE. «Quienes auguraban la catástrofe y el aislamiento tendrán que reconocer que somos los únicos que hemos acordado con todos», destaca Martin Garitano, que explica que para alcanzar consensos se necesita «un margen de flexibilidad razonable».
Ramón SOLA | DONOSTIA
Cuando hace año y medio Bildu asumió la Diputación de Gipuzkoa, algunos vaticinaron todo tipo de catástrofes. Paradójicamente, está siendo la institución que logra más acuerdos y con más socios diferentes. ¿Significa que son más listos, más prácticos, tienen más cintura...?
Significa que la realidad es un juez implacable. Desde el minuto 1, hemos buscado acuerdos porque éramos conscientes de los resultados electorales y del juego de mayorías que había en Gipuzkoa. Aplicando un margen de flexibilidad razonable, hemos buscado soluciones y las hemos encontrado. No quiere decir que seamos más inteligentes, pero sí quiere decir que hemos acertado con la fórmula sin dejar de lado nuestros principios políticos.
¿Por qué cambian de socio presupuestario? ¿No se sentían cómodos con el PNV?
Quien no se sentía cómodo era el PNV, que ha puesto una condición imposible. Nosotros propusimos diálogo a todos, y solo el PP dijo que no desde el principio. Sin embargo, luego el PNV puso delante una valla imposible de superar. Nosotros sí que hemos sorteado ese obstáculo junto al PSE y estamos satisfechos por ello.
El acuerdo va más allá de lo presupuestario, porque rompe el «cordón sanitario» que muchos buscaban contra Bildu. Hace solo dos meses, Patxi López les descartaba para un acuerdo. ¿Tiene valor superior por eso?
EH Bildu ha roto una y mil veces ese cordón sanitario con el simple ejercicio de su actividad política. Somos una realidad bien arraigada en la sociedad vasca, y en la guipuzcoana. Los intentos de marginación han saltado en añicos cada vez que se han contrastado con la sociedad.
¿Qué cree que buscaba el PNV con su enmienda millonaria en favor de la incineradora y qué es lo que ha conseguido realmente?
Nada que no hubiera conseguido antes. Estamos donde estábamos. El PNV ha pretendido condicionar el apoyo del PSE a Bildu a sabiendas de que la Diputación no tiene competencias para construir una incineradora ni diez, ni una planta de compostaje ni siete. Es el Consorcio de Residuos quien tiene esa potestad y a la Diputación le corresponde únicamente financiar un tercio de lo que decida. El PNV debería ser consciente del peso que tiene en el Consorcio y en las mancomunidades.
¿Se entiende entonces que es una partida que no se va a ejecutar en realidad?
Se ejecutará en la medida en que el Consorcio de Residuos decida qué infraestructuras quiere construir.
Por un lado tenemos esa enmienda que apunta hacia la incineradora. Por otro, el plan alternativo que la Diputación presentó en junio pero que no se ha aprobado oficialmente. ¿Esto significa que el asunto está totalmente bloqueado?
Tenemos la firme y sincera vocación de llegar a un acuerdo para resolver un problema que creamos entre todos. Esto hay que sacarlo de la primera línea de la agenda política para llevarlo al ámbito del estudio y del acuerdo. Queremos hacer una política de residuos acorde a las directrices europeas, llegar a reciclar el 70%, y a partir de ahí no tenemos una posición absolutamente cerrada, apostamos por acuerdos. Queremos llegar a ese 70% y a partir de ahí cada municipio deberá hacerse responsable del sistema de recogida de sus residuos.
El porcentaje de gasto social crece pero el paro también. ¿Qué grado de angustia les genera que haya casi 50.000 parados en Gipuzkoa y cómo se revierte esa situación?
Esa es la principal preocupación de este Gobierno foral. Es una realidad dramática y no deja de crecer, a menor ritmo que en los territorios vecinos, pero esto no es ningún consuelo. Por eso hemos destinado la mitad del presupuesto a gasto social, que es una cantidad muy importante y que sirve para paliar en parte las medidas restrictivas del Gobierno español. Pero somos plenamente conscientes de que no podemos resolver esto solos.
¿Qué les dicen en la calle sobre el nuevo Impuesto de Grandes Fortunas? ¿Y qué les transmiten los grandes capitales? ¿Le preocupa que se marchen? ¿Y el rechazo de Adegi?
No me preocupa que se vayan las grandes fortunas porque lo que se grava no es una cantidad que pueda espantar a nadie que disponga de eso. En cuanto a Adegi, ha errado el tiro al criticar que esto ataca a las empresas. Ya lo explicó a la perfección Helena Franco: simplemente grava más a quien ahora no pagaba, y hablamos de cantidades muy importantes de dinero.
Ahora que su socio es el PSE, ¿hay margen para nuevas reformas fiscales progresivas?
Tenemos vocación de seguir avanzando por ahí, porque es la única forma de incentivar un sector público fuerte que pueda generar empleo. Que quien más tiene más pague no es una frase hueca, sino algo pleno de contenido. Los países más avanzados en Occidente tienen una fiscalidad más progresiva que la que tenemos aquí. Y hay ejemplos sangrantes...
Por ejemplo...
Que Iberdrola no pagara impuestos en Bizkaia los últimos años. O que empresas que estaban ganando mucho dinero fueran protegidas por el escudo fiscal que hemos eliminado ahora en Gipuzkoa.
¿Está garantizado absolutamente el complemento salarial para los funcionarios?
Está garantizado, lo de «absolutamente» ya no está en manos de este Gobierno decirlo. Hemos cumplido con nuestro compromiso. El Gobierno español se ha equivocado al tratar de imponer a las instituciones que incumplan sus acuerdos. Y hablamos de trabajadores que tenían el sueldo congelado en estos últimos años. Creemos que es bueno para todos: para la Diputación, para los trabajadores y también para el comercio, la hostelería...
¿Qué conclusión extrae de este asunto? ¿Pagar era solo cuestión de voluntad política y había fórmulas para ello?
La conclusión que extraigo es que la forma de hacer política de Bildu es más fresca y más decidida. No solo se ha visto en este tema, sino también en la fiscalidad, en las carreteras, en la capacidad de hacer acuerdos... Quienes auguraban la catástrofe, el aislamiento y la autarquía en Gipuzkoa tendrán que reconocer que somos los únicos que hemos pactado con todos.
Resumiendo mucho la legislatura en Gipuzkoa, se puede decir que Bildu comenzó fuerte, pero luego vino un atasco (la moción de censura a Alduntzin, el freno electoral de EH Bildu en este herrialde...). Este acuerdo presupuestario y otros como la rebaja de los peajes, ¿suponen un relanzamiento?
El momento más doloroso ha sido, sin duda, la moción de censura contra Juan Karlos Alduntzin, porque lo que se trataba de castigar era una forma de hacer bien las cosas. No hemos hecho una política caprichosa con el tema de los residuos, sino buscando lo mejor para el conjunto de la sociedad y adecuándonos a Europa. El PNV quiso sacar réditos de ese tema como banderín de enganche con una campaña desaforada, que estaba plagada de medias verdades y de mentiras... En cuanto a los resultados electorales, no nos han afectado porque pensamos que lo que ha ocurrido es que el PNV acaparó el voto de la oposición, y no hay más que comparar su evolución de voto y la del PSE. En general, creemos que mantenemos un alto grado de sintonía con la sociedad guipuzcoana: hemos hecho una política de puertas abiertas, de participación... Sin triunfalismos, podemos decir que estamos satisfechos hasta ahora.
¿De qué se siente más orgulloso Martin Garitano hasta el momento? ¿Y qué no ha hecho que le gustaría hacer?
Lo que más me gustaría es poder comparecer ante los medios y decir que el paro ha descendido en Gipuzkoa de forma brutal. Esa es la mayor tragedia diaria que tenemos y afecta a las personas, a la Diputación, a los ayuntamientos. ¿Y de que estoy más orgulloso? Pues seguramente de haber alcanzado acuerdos con las cuatro fuerzas políticas. Para un gobernante es gratificante llegar a acuerdos y después cumplirlos, y hacer esos pactos sin entrar a juegos de salón, sino hablando y mirándonos a los ojos.
«Hemos hecho estos pactos sin entrar a juegos de salón, sino hablando y mirándonos a los ojos»
«No me preocupa que se vayan las grandes fortunas (...) Que quien más tiene más pague no es una frase hueca, sino algo pleno de contenido en los países más avanzados»
«En la resolución hay que ser tremendamente generosos y evitar buscar réditos partidarios, porque estamos hablando de una tragedia de décadas, siglos incluso»
«Es nuestra principal preocupación y una realidad dramática. Destinamos la mitad del presupuesto a gasto social pero no podemos resolver esto solos»
Cambio de gobierno en Lakua. ¿Le piden algo a Urkullu? ¿Qué relación esperan?
El grado de colaboración es el que corresponde a una institución y no miramos al color que tenga. Respecto al de Urkullu, suponemos que hará las cosas diferentes al de López. Yo soy partidario de otorgar cien días de gracia a un nuevo gobierno, cien días que no tuvimos nosotros.
¿Esperan una actuación más determinada por la pacificación y normalización? ¿Qué podría aportar la Diputación de Gipuzkoa en ese caso?
Nuestro compromiso con el proceso de normalización política y de paz es absoluto, es definitivo. Lo hemos dicho en Aiete, en Baiona la semana pasada, con gestos públicos... Si el Gobierno de Urkullu, lejos de seguir las pautas del Ministerio de Interior español, va a hacer una apuesta por avanzar, podrá contar con nosotros en la ponencia del Parlamento de Gasteiz, en la ponencia de las Juntas de Gipuzkoa... En esto hay que ser tremendamente generosos y evitar buscar réditos partidarios, porque estamos hablando de algo que afecta a todos, de una tragedia que se prolonga demasiadas décadas, siglos incluso. Hablamos de ETA, de presos, de reparación y reconocimiento a las víctimas... Es una tragedia que puede tener una fórmula de resolución en este momento del siglo XXI y sería una irresponsabilidad absoluta que cualquier gobernante tratara de obstaculizarlo por un puñado de votos.