La trágica noticia de la muerte de Eider Izagirre fue confirmada por el Departamento de Seguridad de Lakua a primera hora de la tarde de ayer, una vez comprobada la identidad del cuerpo, que hacia las 13.40 encontraron dos voluntarios de la DYA que participaban en las tareas de búsqueda junto a vecinos de la zona y agentes de la Ertzaintza.

El paraje donde se halló el cadáver está ubicado cerca del pico Aizleor, en la cara norte de Aizkorri, un paraje con fuertes pendientes al que se puede acceder desde el barrio de Brinkola ascendiendo por los caminos que bordean el pantano de Barrendiola, en el término municipal de Legazpi.

El cuerpo fue recuperado por la dotación de un helicóptero de la Policía autonómica, que lo trasladó hasta el Instituto Vasco de Medicina Legal de Donostia para practicarle la autopsia.

Diez días desaparecida

La zona de difícil acceso donde ayer se encontró el cadáver estaba siendo rastreada desde el pasado lunes, después de que la familia denunciara la desaparición de Eider, tras haber hallado al perro que la acompañaba cuando salió al monte el 12 de diciembre.

Desde entonces, efectivos de Ertzaintza, DYA y Cruz Roja han participado en las labores de rastreo con el apoyo de un helicóptero y dos dotaciones caninas, a los que se sumó la Unidad de Buceo de la Policía autonómica para ampliar la búsqueda al pantano de Barrendiola.

Tal como informó el Departamento de Seguridad de Lakua, Eider Izagirre notificó a sus familiares que tenía intención de hacer uno de los recorridos que parten desde la estación de Brinkola hacia las laderas del Aizkorri y que iría acompañada por su perro, un pastor vasco.

Ante la ausencia de noticias, la familia interpuso una denuncia en la comisaría de la Ertzaintza después de que el perro apareciera solo por las calles de Legazpi, a unos tres kilómetros de la citada estación de Renfe, donde al parecer inició su paseo la mujer.

A la espera del informe forense, desde la Ertzaintza no se especuló sobre la posible causa de la muerte.