El equipo más goleador de la categoría, el pitxitxi del grupo y tres de sus inmediatos perseguidores en la tabla de realizadores. Todo ese potencial, nada menos, se daba cita ayer en el Nuevo Malecón, donde los goles parecían cantados. En eso se quedaron porque los reyes de la puntería fueron incapaces de mover la igualada inicial. Algo en lo que tuvo bastante que ver Sergio, que se adueñó del protagonismo teóricamente reclamado por los delanteros, pero también la falta de acierto del Eibar, que fue mejor, pero que no acertó a trasladarlo al luminoso.

Básicamente a eso se debió el empate final en un encuentro que Gaizka Garitano encaró prácticamente con su once de gala, del que apenas se caía el sancionado Raúl Navas, después de que los menos habituales se desgastaran en la cita copera frente al Málaga. No fue suficiente para superar a una Gimnástica en línea ascendente, ni, por lo tanto, para acceder al liderato, que el Alavés había servido en bandeja con el bache que viene atravesando estas últimas jornadas. Pese a lo cual los azulgranas llegan a las vacaciones navideñas con un inmejorable sabor de boca y la perspectiva clara de repetir presencia en el play-off.

Ayer solo sufrió en los primeros minutos porque acercándose ya al ecuador del primer acto, los pupilos de Garitano tomaron posesión de la pelota y convirtieron el encuentro en un monólogo. De juego y de ocasiones, como las que disfrutaron Arruabarrena, Guille Roldán o Mainz. Pero entre que el acierto dio la espalda a sus atacantes y que Sergio estuvo especialmente entonado, el equipo armero tuvo que acabar conformándose con el punto inicial.