TUDELANO 1

ALAVÉS 1

El Alavés no disfrutará del parón navideño con los 41 puntos que se había marcado, pero lo hará en cabeza de clasificación y con unas cifras que invitan absolutamente al optimismo. Tan satisfactoria es la trayectoria albiazul como la llegada de las vacaciones porque el equipo de Natxo González alcanza este fin de año con el depósito en reserva, consecuencia más que probable del numeroso parte de bajas que ha presentado prácticamente desde que comenzó la campaña.

Lo cierto es que la marcha de los gasteiztarras ha sufrido un frenazo considerable en estas últimas semanas. Apenas ha sumado dos puntos en tres jornadas. El último ante un Tudelano que sufrió primero para reaccionar cuando más difíciles se le ponían las cosas por la expulsión de Azpilikueta y que cargó con el peso de un penalti fallado, antes de acertar con el que le dio el empate. Acabó salvándolo el equipo de Lumbreras y eso le permitirá comerse las uvas en la parte templada de la clasificación, que no es poco pedir para un recién ascendido.

Primero uno y luego el otro

La puesta en escena del Alavés fue eléctrica, aunque con el paso de los minutos se fue diluyendo. El cuadro albiazul llevó mucho peligro a la portería de Miguel en la recta inicial. Un remate alto de Viguera tras una gran internada de Sendoa fue el primer aviso serio. El equipo de Natxo González abrió el campo con continuas incursiones de los laterales hasta el fondo y trajo por el camino de la amargura a la defensa del Tudelano, que capeó el temporal manteniéndose unida y con la ayuda del centro del campo, que tuvo que emplearse también a fondo en tareas defensivas.

Una genialidad de Sendoa llevó al marcador la superioridad de su equipo al que, sin embargo, le sentó mal la ventaja. Mudó su piel por una mucho más frágil, permitiendo a su anfitrión volver a creer e irse arriba a por el empate, cuando hasta ese momento apenas había ofrecido señales de vida en ataque. Así llegó la jugada del penalti. Se encargó de lanzarlo Esparza, pero Urtzi le adivinó la intención y lo detuvo.

Tras el paso por vestuarios la decoración no varió un ápice. El cuadro ribero continuó llevando todo el peso del juego y el Alavés se conformó con esperar su ocasión para sentenciar a la contra. Pero no llegaba y Natxo González, viendo que su equipo empezaba a sufrir en exceso, retiró del terreno de juego a Sendoa para dar minutos a Luismi. El cambio no mejoró el juego de los albiazules y el gol acabó llegando. Lo que es el fútbol, apenas tres minutos después de que el Tudelano se asomara al abismo al ver Azpilikueta su segunda amarilla. De nuevo con un penalti -mano de Óscar Rubio dentro del área- y esta vez con acierto. Jordi Martín se encargó de ejecutarlo.

En los últimos minutos, en superioridad y sin saber aún si el Eibar, cuyo encuentro comenzaba más tarde, sería capaz de apartarle del liderato, el Alavés pisó el acelerador. Pero los navarros cerraron filas atrás y se encontraron, además, con la inspiración de Miguel en un par de ocasiones.

Urtzi

Acabó encajando, pero dio seguridad a su equipo bajo palos y detuvo un penalti en la primera parte. Además, resolvió con mucha solvencia cada papeleta que se le presentó, convirtiéndose en una muralla infranqueable para los atacantes locales.