Faltó Rudy Fernández y Hettsheimer no jugó, pero el Real Madrid no los necesitó para batir a Lagun Aro GBC. No es que los discípulos de Sito Alonso jugaran mal, al contrario, pero los recursos del Real Madrid son excesivos para que, a día de hoy, le pueda ganar sin realizar un partido perfecto. A pesar de un 5-0 de inicio que puso Javi Salgado en el marcador, el Real Madrid, por mucho que Sergio rodríguez se empeñara en lanzar y fallar, y por mucho que errara varios tiros libres, el cuadro merengue no tardaría en reaccionar, tomar la delantera y marcharse. Un poco del «Chacho» -que de tanto lanzar, alguna metía-, otro poco de Mirotic, y una pizca de Llull -24 tantos- bastaban para que los de Laso consiguieran un parcial de 7-22 y se adelantaran 12-22 al final del primer cuarto.

Gipuzkoa Basket no quería perderle la cara al duelo. Jugando con dos bases casi a tiempo completo -ya que Llull se dedicó a jugar más de escolta-, los locales buscaban plantarle cara con intensidad al líder invicto de la ACB. Así, aprovechándose del primer respiro visitante, los donostiarras llegaron a arrimarse 19-23 tras una contra bien acabada por Díez y dos tiros libres de Raulzinho Neto, rubricando con puntos en ataque un par de buenas defensas.

Pero Pablo Laso tiró de recursos. Dontaye Draper salió dispuesto a reclamar sus minutos. El de Baltimore centró el punto de mira, y Sergi Llull se le uniría a la fiesta, sumando hasta 17 tantos al descanso. Además, la retaguardia madrileña apretaba, sumando hasta 7 recuperaciones antes del receso. Con 34-50, pese a la aportación de Taylor -máximo anotador local con 16 puntos-, el partido parecía más que decidido.

Siempre la misma historia

Pero que pareciera decidido no significaba que estuviera acabado. Apretando al fin en defensa y con jugadas como un «dos más uno» de Taylor con matazo incluido, Lagun Aro GBC volvería a dar guerra, poniéndose a la estela madrileña: 42-52.

Pero el Real Madrid no tardaría en despertar, con un parcial de 0-10 logrado entre Sergio Rodríguez, Mirotic y Llull, solo a base de defender «un poquito» y correr. El esfuerzo local era encomiable, con detalles de gente como Díez -muy bien como falso ala-pívot-, haciendo que el duelo entrara en el último cuarto 55-70, cerrado con un canastón de un Sergio Rodríguez bastante «chupón» ayer.

Y vuelta la burra al trigo. Parcial de 8-2 para Gipuzkoa Basket con triples de Papamakarios y Díez, y un mate de Taylor remontando la línea de fondo. Illunbe gritaba «sí, se puede», pero los errores locales -triple de Papamakarios que se sale con 63-72, tiros libres errados por Díez y pasos de Taylor a la contra-y la reacción madridista negaba la mayor: No se pudo pasar de la digna derrota.