En el extremo más occidental del territorio vizcaíno, en el valle de Karrantza, se encuentra una sucesión de cumbres calizas que marcan los límites con las tierras de Cantabria. Son los montes de Ubal, cuya cima más conocida es la Peña Ranero, bajo la que se encuentra la enorme sima de la Torca del Carlista y la espectacular cueva de Pozalagua. Tiene este pequeño macizo otras dos cumbres relevantes: las llamadas Peña del Moro y El Mazo, que pretendemos unir en una ruta.

El inicio de la andadura será en el puerto de Ubal (636 m), situado entre Lanestosa y Concha, en el valle de Karrantza. Descendiendo unos metros hacia Karrantza encontramos a la izquierda el arranque de una pista asfaltada, en cuyo cruce veremos unos carteles indicadores. Se llega a un cruce (10 min), donde tomaremos el ramal de la izquierda. Será por el de la derecha por el que regresaremos al final de la travesía.

La pista nos permite avanzar entre granjas y terrenos de pastizal hasta que el piso de la pista se torna terroso y acaba por desaparecer en un prado. Cercana se encuentra una granja y al frente la mole rocosa de la Peña del Moro (40 min).

En este punto es muy importante localizar visualmente en la vertiente caliza de la montaña la traza de un sendero que la recorre oblicuamente. Esa deberá ser nuestra referencia. Tras pasar una alambrada, nos adentraremos en el pastizal virando ligeramente hacia la izquierda (NO).

Aquí es preciso localizar un camino ancho que avanza primero en un ligero descenso por una pequeña vaguada buscando un paso entre las rocas. Enseguida el sendero afronta una fuerte subida al encuentro directo del camino calzado que hemos advertido en la distancia cortando la ladera. Este tramo que hemos descrito resulta cómodo y sin dificultades. En ningún caso deberemos penetrar en los laberintos kársticos que rodean la base de la montaña, de los que nos costará mucho esfuerzo salir.

Ya sobre el viejo camino minero, avanzaremos por su perfecto trazado hasta encontrarnos con un poste indicador (50 min). La continuación de la ruta es ahora evidente: dejamos el camino paralelo y abordamos directamente la pendiente herbosa que nos llevará hasta el collado que separa las dos cumbres de la Peña del Moro. Nos dirigiremos hacia la de la izquierda, señalada con un buzón (821 m) (1 h). Desde ella dominaremos un panorama dilatado sobre los valles de Karrantza y del Asón.

Descendemos de nuevo al punto donde se encuentra el indicador. En este punto deberemos estar muy atentos para no meternos en problemas. Aunque las flechas del poste indicador nos orientan a seguir por el evidente sendero paralelo, deberemos ignorar esta sugerencia y descender en perpendicular a la senda buscando las marcas del balizaje de la ruta GR-123. Estas referencias nos llevarán a perder altura paulatinamente entre pedregales y, tras cruzar una alambrada, nos situarán en un amplio collado de la Torca del Moro que separa la peña del Moro y la del Mazo (503 m) (1,45 h).

Estamos en un terreno de pasto y las sendas de ganado nos encaminan ahora a ganar altura con rumbo E-NE, aproximándonos a un poco definido collado. Nuevamente aquí el terreno requerirá toda nuestra atención, porque no es fácil dar con la ruta correcta. Entre las numerosas sendas, deberemos tender a aproximarnos a la ladera rocosa que tenemos a nuestra izquierda hasta encontrar allí el balizaje de la GR-123. Estas referencias nos resultarán necesarias para encontrar la ruta de ascenso más idónea entre los escabrosos parajes calizos que nos rodean.

Tras una áspera subida, nos situamos en la parte alta de la montaña. Cruzamos una alambrada por un paso dispuesto «para personas», según reza un cartel, y nos dirigiremos hacia la visible cima de El Mazo, coronada por un vértice geodésico (821 m) (2,40 h), ignorando el emplazamiento de una enorme antena que puede confundirse con el punto más elevado de la montaña.

Para completar el circuito nos aproximaremos a la pista que llega hasta el repetidor. Descendiendo por ella llegamos hasta un cruce en la proximidad de la amplia granja de El Mazo (662 m) (2,55 h). Este tramo puede obviarse en parte atajando por los herbales. Sólo nos queda ya caminar por la pista polvorienta hasta regresar al puerto de Ubal (3,20 h).