El ambiente opresivo de un convento ortodoxo rumano en «Más allá de las colinas»
M. I. | DONOSTIA
A los que nos gustan las películas de monjas de clausura tanto como al mismísimo Buñuel, nos congratula que Cristian Mungiu ponga su dominio de las atmósferas opresivas al servicio de una historia de amor contrariado que se desarrolla en el interior de un convento ortodoxo en Rumanía.
“Más allá de las colinas” es diferente a todo lo que se ha hecho en el cine sobre el tema, si bien recuerda en su forma de tratar un exorcismo diabólico o caso de locura a la del maestro polaco Jerzy Kawalerowicz en su clásico “Madre Juana de los Ángeles”.
Al igual que en “4 meses, 3 semanas y 2 días”, con la que ganó la Palma de Oro en Cannes, destaca la dirección de actrices. Esta vez Cannes ha premiado exaequo el trabajo de Cosmina Stratan y Cristina Flutur, además de al propio Mungiu por el Mejor Guión. En Mar del Plata se llevó el Astor de Oro a la Mejor Película y en Gijón el Especial del Jurado.