«Las arcas del Ayuntamiento están bien, con un endeudamiento no demasiado grande y unas posibilidades de abonar unas catorce pagas que no ha podido ser porque no nos han permitido, pero que económicamente era posible», declaró el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre en una entrevista ofrecida a Onda Vasca. Como es sabido, el Consistorio ha adelantado la nómina de diciembre y también hará lo mismo con las extras correspondientes a partir de ahora -la de junio pasará a enero-, además de crear un fondo que garantiza que la compensación se produce cuando deje de ser impedido por Madrid.

Tras la disminución de presupuesto del año pasado, Izagirre aseguró que este año «se puede aprobar uno que permita que no disminuya el gasto social, que los servicios públicos se mantengan y que apartados como cooperación no sufran ninguna merma». «Vamos a aprobar unos presupuestos en esta época de crisis muy buenos y muy adecuados», aseguró.

Recordó que «las tasas e impuestos ya han pasado por pleno» y reconoció que «sí hay subidas en algunos apartados y congelación en otros». Además, recordó que el gobierno municipal planteó una subida del IPC «más o menos generalizada», pero la oposición «en parte lo ha aceptado y en parte ha congelado los impuestos».

El alcalde aseguró que la disposición de Bildu a llegar a acuerdos «ha sido total», mientras la reciprocidad «no tanto». «Entre dos se pueden llegar a acuerdos si hay voluntad por ambas partes, pero la oposición ha optado por una postura de intentar bloquear a este gobierno y dar una imagen de que no gestiona bien. A pesar de ello, estamos gestionando y, en el día a día, se llega a acuerdos. En los grandes temas nos cuesta más de lo que debería, pero también se llega», dijo.

La relación con Diputación

El primer edil también habló sobre la relación que mantienen con la Diputación, y reconoció que, a pesar de que ambas instituciones están dirigidas por Bildu, no todo es «de color rosa». «Los ayuntamientos dependen, en gran medida del fondo de financiación municipal -recordó- y es la Diputación la que recauda los impuestos, y a la hora de ese reparto es importante pelearse por intentar que se tenga en cuenta la realidad, en este caso, de la capital de Gipuzkoa».

Aunque admitió que «hay tema de roce», agregó que «hablando se solucionan las cosas» y que la relación con la Diputación es «fluida».

No obstante, comentó que no comparte que se «aplacen mucho los pagos porque lo único que trae es que, por ejemplo», el Ayuntamiento de Donostia todavía debe parte de lo que había que devolver en 2009, en concreto tres millones y medio de euros. En este contexto, dijo que la fórmula de devolución no es una norma foral actual, sino previa, y contempla que en febrero del siguiente año se tiene que devolver, al finiquitar el año previo, la diferencia surgida.

«Es verdad que ha sido fórmula habitual aplazarlo varios años y Diputación el año pasado nos puso un pago único que, al final, se fraccionó en varios. Yo creo que es mejor devolverlo a lo largo del ejercicio y no vivir de renta cuando, en realidad no dispones de ese dinero». Que ahora haya que reintegrar 3,5 millones de 2009, demuestra, a su juicio, que «es mejor devolverlo según se finiquita el año».