Arabia Saudí, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Kuwait y Qatar, monarquías suníes que forman el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), exigen a Irán que «cese inmediatamente y definitivamente» sus injerencias en los asuntos internos de estos países.

En un duro comunicado con el que pusieron fin a la cumbre celebrada en Bahrein, y a la que la mayoría enviaron solo a sus príncipes herederos, exigieron a Teherán que renuncie «a todas las medidas que aumentan las tensiones y amenazan la seguridad y la estabilidad regionales».

En concreto denunció «la ocupación de tres islas» que reclaman los Emiratos Árabes Unidos y expresaron su apoyo a este último en la disputa por estos territorios. Además, el Consejo demandó a Irán que coopere con la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA), que quiere inspeccionar las instalaciones nucleares iraníes, siguiendo la sospecha occidental de que en ellas se fabrica armamento atómico.

Las monarquías del Golfo mostraron igualmente su apoyo a Bahrein, que vive un movimiento de protesta de la mayoría chií. Acusan al régimen iraní, también de confesión chií, de apoyar la revuelta. El Consejo ya envió tropas para intentar sofocar la revuelta en sus primeros momentos.

El comunicado de la cumbre se refirió también a Siria, donde señala que «el proceso de transición política debe acelerarse» e invita a la comunidad internacional a actuar para poner fin a estas masacres». Asimismo, han organizado una conferencia internacional de donantes en Kuwait para el próximo 30 de enero con el fin de organizar la ayuda este país. Damasco acusa a estas monarquías, sobre todo Qatar, de suministrar armamento y financiación a la insurgencia armada. En la cumbre celebrada en Bahrein reiteraron su apoyo a la Coalición Nacional Siria, a la que califican como «representante legítimo del pueblo sirio».

Por otro lado, aplaudieron la restructuración del Ejército de Yemen, en el que han sido apartados de su dirección los más próximos al expresidente Ali Abdallah Saleh.

Además, el CCG aprobó la formación de una comandancia militar unificada. Este nuevo órgano coordinará y liderará las misiones de las fuerzas terrestres, marítimas y aéreas de los seis países miembros del CCG.