Cristianos y musulmanes dicen que Bilbo será la ciudad más restrictiva para el culto
GARA | BILBO
La Compañía de Jesús, las iglesias protestante y ortodoxa, y las comunidades islámicas pidieron ayer al Ayuntamiento de Bilbo que reconsidere la nueva normativa que impide la apertura de centros religiosos porque aseguran que le convertirá en la capital «más limitadora de derechos de todo el Estado».
Representantes de confesiones religiosas presentes en Euskal Herria realizaron una jornada técnica y comparecieron ante los medios para dar lectura a un manifiesto en el que rechazan el cambio de normativa sobre las condiciones para la apertura de centros religiosos porque implica, en la práctica, la imposibilidad de nuevos lugares de oración, según señaló el representante del Centro Social Ellacuria Martín Iriberri.
La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Bilbo aprobó una propuesta para reformar el Plan General de Ordenación Urbana en lo referente a la apertura de centros de culto, después de varias polémicas por las protestas vecinales y políticas contra la apertura de mezquitas en distintos barrios de la ciudad.
La Compañía de Jesús, el Consejo Evangélico del País Vasco, la Unión de Comunidades Islámicas del País Vasco y el obispado de la Iglesia Ortodoxa Rumana en el Estado español y Portugal opinan que la modificación es «claramente discriminatoria».
Según expuso el representante de la iniciativa de ciudadanos musulmanes Othman Gómez de Kortazar, supone «una injerencia sustancial en el derecho fundamental a la libertad religiosa, manifiestamente desproporcionada, sin que conste justificación objetiva y razonable» que la ampare.
La nueva normativa prohíbe la instalación de mezquitas y cualquier otro tipo de centro de culto en viviendas, lo cual «se traduce en la imposibilidad práctica de poder conseguir las aperturas en lugares céntricos» y relega esa posibilidad a inmuebles muy escasos.