Imanol Intziarte | Periodista
Para cenas, las de la Asociación del Rifle
Parientes y trastos viejos, pocos y lejos», reza el dicho. Así que se me ha ocurrido rellenar este espacio con esa cena de Nochebuena en la que uno de los comensales trató de zanjar una discusión a golpe de catana y cuchillo jamonero. Afortunadamente no hubo que lamentar daños graves. Eso sí, al agresor le puede caer un buen marrón.
En estas reuniones familiares sería recomendable que el anfitrión descolgara y guardara a buen recaudo todo objeto susceptible de ser empleado como arma. Tampoco resultaría descabellada la instalación de un detector de metales y un escáner en la entrada de la vivienda, por si alguno viene ya con alguna cuenta pendiente apuntada en la libreta. Ya sabemos que la suma de ibéricos, cordero asado, pescado al horno, almejas en salsa y turrones varios es un cóctel explosivo si se riega generosamente con vino, cava y licores espirituosos.
La bronca sucedió en Pasaia y no ha trascendido el motivo de la misma. Me viene a la memoria una tangana que se montó a finales de octubre en un hotel de Donostia, en los bailables de una boda. En aquella ocasión, el detonante fue una canción de Benito Lertxundi que no era del agrado de parte de los invitados, llegados desde tierras vallisoletanas, según las crónicas. Tuvo que intervenir la Ertzaintza y la trifulca se saldó con media docena de heridos por los golpes y un par de detenidos. El suceso fue la comidilla de la ciudad durante unos días y abundaron las bromas, si bien es seguro que el novio y la novia no se rieron mucho.
Ahora imaginen que esto sucede en Estados Unidos, allí donde la Asociación Nacional del Rifle considera que cuantas más armas de fuego mejor. De este modo, en vez de empuñar la catana se descuelga un fusil de asalto, el resto de invitados echa mano de las pistolas y se lía una sangría. Y si no les gusta lo que canta el bardo de Orio cogen la escopeta de cañones recortados y convencen al DJ por la vía rápida. Ya dijo Clint Eastwood que «el mundo se divide en dos categorías: los que tienen revólver cargado y los que cavan. Tú cavas».