El teniente alcalde de Bilbo, Ibon Areso, aseguró ayer que la nueva ordenanza que tramita el consistorio permite instalar lugares de culto religioso en casi un tercio de los edificios y del suelo urbano de la villa porque en ellos no hay viviendas. De este modo, respondía a las críticas de representantes de minorías religiosas que consideraban que la nueva ordenanza era un ataque a sus creencias. «Respetamos plenamente la libertad religiosa. Lo que nosotros hacemos no es teología, es urbanismo», añadió Areso.