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Txelui Moreno | Portavoz de la izquierda abertzale en Nafarroa

Nafarroa, el momento de la izquierda

En la izquierda abertzale estamos convencidos de que es perfectamente posible la confluencia de toda la izquierda social y política navarra en torno a un programa de mínimos para el cambio político en Nafarroa

Algo está pasando en Nafarroa. En la calle se palpa la sensación de que asistimos al declive de un régimen político que con «amejorada» maestría consiguió la transmutación del franquismo en democracia sin pasar siquiera por el bautismo de las urnas. La lucha soterrada que se ha desatado en el seno de la derecha navarra y española no es sino un síntoma más de la grave enferme- dad que sufre el corazón del marco político vigente en Nafarroa desde hace más de 30 años.

Parece que la brillante creación de los Del Burgo y Cía. de hacer que Nafarroa pareciera una comunidad cuasi soberana capaz de negociar de tú a tú con el Estado el ejercicio de su poder político y económico se ha convertido en auténtica mercancía averiada. Cumplió su papel de comprar a golpe de talonario a toda una élite local para que colaborara en la tarea de romper el jarrón de la nación vasconavarra pero, cuando se ha acabado el dinero, la luz que iluminaba el juguete del Amejoramiento se ha apagado. Ahora resulta que Nafarroa no tiene más remedio que cumplir al pie de la letra todos y cada uno de los decretos y las leyes que los viernes rubrica Rajoy en Madrid. Ayer fue la normativa sobre convenios colectivos y la reforma laboral, hoy la Ley de Estabilidad Presupuestaria y todas las medidas de ajuste subyacentes; además de la educación, la sanidad y los impuestos (IVA)... ¿y mañana? ¿Qué pasará mañana?

¿Cuántos viernes quedan para que Madrid nos anuncie que el Parlamento de Nafarroa, la Cámara de Comptos y las demás instituciones genuinamente navarras son un lujo demasiado caro y que debemos ajustarlas? Al fin y al cabo, si todo lo que se decide en Madrid tiene carácter de legislación básica y está por encima de lo que diga el Parlamento de Nafarroa, ¿para qué un parlamento? Bastaría con traspasar unos cuantos servicios administrativos del Palacio de Navarra a la Delegación del Gobierno. ¡Eso es! La Señora Alba se subroga las funciones de la Señora Barcina y aquí paz y después gloria.

Porque nadie puede negar que la derecha sabe mucho de suprimir duplicidades, ¡Cómo añoran algunos aquella Nafarroa en la que solo había un gobernador, una universidad y un periódico! Eso de la pluralidad, la democracia y la universalidad en el ejercicio de los derechos fundamentales son para la derecha caprichos que los ricos han tenido que conceder a los pobres en momentos de debilidad. Ahora que el capital se cree amo y señor de la situación, lo que toca es volver al orden natural de las cosas. El dinero y el poder para ellos, el sa- crificio y la miseria para todos y todas las demás, ese el proyecto de la derecha foral y española para la Nafarroa del siglo XXI.

¿Y la izquierda? ¿Cuál es el proyecto de la izquierda para Nafarroa? Cometeríamos un grave error si pensáramos que el fracaso de la derecha en Nafarroa es irreversible. La derecha ha demostrado históricamente una envidiable capacidad de regeneración y adaptación a los tiempos cambiantes. Hemos iniciado este escrito recordando que la derecha fue capaz de transitar de un franquismo derrotado a una democracia «amejorada» sin refrendo popular manteniendo su liderazgo estratégico en Nafarroa. No subestimemos pues a la derecha. Están divididos y enfrentados, pero siguen teniendo mucha fuerza. Sin un programa político de alternativa factible y creíble capaz de generar nuevas mayorías, no los desalojaremos del Gobierno.

En la izquierda abertzale estamos convencidos de que, además de necesaria, es perfectamente posible la confluencia de toda la izquierda social y política navarra en torno a un programa de mínimos para el cambio político en Nafarroa. Un programa que hay que empezar a discutir y consensuar desde ya entre todas las fuerzas sociales, sindicales y políticas.

Entendemos que un consenso clave para empezar a construir el futuro de cambio en Nafarroa pasa por la defensa comprometida de los derechos democráticos (entre ellos el derecho a decidir) y la justicia social, y por una depuración de responsabilidades de la clase política que ha estado gestionando durante décadas.

Y esta es una batalla que la vamos a librar de manera decisiva durante los próximos días. Cuestiones como la decimocuarta paga de los trabajadores de las administraciones públicas o el propio conflicto de la CAN son en el fondo cuestiones de soberanía y de democracia. ¿Tiene o no tiene que tener Nafarroa poder político para decidir sobre su política económica y social? ¿Tenemos o no tenemos las navarras y los navarros derecho a saber lo que ha sucedido con el dinero público dilapidado en la CAN? ¿Tiene o no tiene Nafarroa que dotarse de una entidad financiera pública que asuma la tarea de impulsar el desarrollo económico y la justicia social? Si encontramos una respuesta conjunta a estas preguntas, habremos avanzado mucho en la construcción de esa alternativa de izquierda que una mayoría social está ya reclamando en Nafarroa.

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