Brahimi afirma que Siria ha de elegir entre «el proceso político y el infierno»
El mediador internacional para Siria, Lajdar Brahimi, aseguró ayer que Siria tiene dos opciones: poner en marcha un proceso de transición política o descender a un infierno como el de Somalia. Pero la oposición ya adelantó que solo hablará con Moscú si cambia de postura.
GARA |
El enviado especial de la ONU y la Liga Arabe para Siria, Lajdar Brahimi, advirtió ayer en Moscú de que las únicas alternativas que existen para solucionar la crisis siria son el inicio de un proceso político o «el infierno».
«Si las únicas alternativas son el proceso político o el infierno, entonces todos nosotros debemos seguir trabajando en favor del proceso político», declaró Lajdar Brahimi tras entrevistarse con el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov. En todo caso, añadió el mediador que aún es posible alcanzar «una solución que sea eficaz» a pesar de los obstáculos.
El diplomático, que llegó a Moscú tras cinco días de intensas negociaciones en Damasco, donde se reunió con el presidente Al-Assad y la oposición, subrayó que el proceso político debe «ser creíble, viable y dirigido por los propios sirios».
«La otra alternativa es la `somalización' (medio millón de personas han muerto en ese país africano desde 1991) de Siria, con las consecuencias que pueden ser fácilmente imaginables no sólo para el pueblo sirio, sino para toda la región», señaló.
Líbano y Jordania
El mediador internacional advirtió sobre la gravedad de la situación bélica en torno a la capital siria, Damasco, escenario de duros combates entre Ejército y rebeldes. «Si en Damasco estalla el pánico y un millón de personas abandonan la ciudad, sólo pueden huir a dos lugares: Líbano o Jordania. Ni Líbano ni Jordania pueden acoger medio millón de personas cada uno», manifestó.
Brahimi subrayó que la base del arreglo político del conflicto deben ser los acuerdos de Ginebra de junio pasado en los que la comunidad internacional apostó por impulsar la creación de un Gobierno de transición.
Renuncia de Al-Assad
Moscú mantiene que los acuerdos de Ginebra no estipulan la renuncia de Al-Assad como condición para el diálogo, e insiste en que es el pueblo sirio el que debe tener la última palabra. «Con todo el respeto a la comunidad internacional, el pueblo sirio es quien debe decidir», declaró Lavrov.
Aseguró el canciller, además, que a día de hoy no es posible convencer al presidente de Siria para que deje el poder. «No hay posibilidad de modificar esa postura», agregó.
Lavrov criticó el empecinamiento de la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria en buscar por todos los medios el derrocamiento de Al-Assad y en negarse a dialogar.
Esa coalición opositora siria ha rechazado la invitación a dialogar de Rusia, que parece haberse distanciado en las últimas semanas de Damasco, su último aliado en Oriente Medio.
LLos rebeldes sirios denunciaron ayer una masacre por parte de las fuerzas del régimen sirio en el distrito de Deir Balbeh, en el noreste de la ciudad de Homs, en la que habrían muerto al menos 220 personas. El miembro del Mando Militar Supremo de los rebeldes sirios Qasem Saadedin dijo a Efe que la población de ese barrio fue reunida en el puesto de control de la petroquímica, donde fueron ejecutados de forma sumaria, quemados y enterrados en una fosa común y agregó que 177 de las víctimas ya han sido identificadas.
Saadedin señaló que el balance preliminar de fallecidos a lo largo de la jornada de ayer asciende a 362, entre los que no están incluidas las fuerzas leales a Bashar al-Assad.
Incluyendo las personas fallecidas violentamente el pasado viernes, la lista de víctimas en sólo dos días superaría el medio millar. Al menos 160 personas murieron el viernes a causa de la guerra civil que enfrenta en Siria a las fuerzas del régimen de Bashar Al Assad con los grupos armados insurgentes, según información del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. GARA
