La organización Ekologistak Martxan realizó ayer un flashmob en la Plaza Arriaga de Bilbo para celebrar el parón aparentemente definitivo de la central nuclear de Santa María de Garoña, que ha optado por detner su actividad por no poder pagar el nuevo impuesto nuclear decretado por el Gobierno Español.

En una nota enviada a los medios, el organismo ecologista señaló que el cierre de la central burgalesa «es una muy buena noticia para la sociedad y para el medio ambiente. A partir de ahora no estaremos amenazados y se dejarán de producir más residuos radioactivos».

En opinión de Ekologistak Martxan, Garoña «no era necesaria ni barata. Su poca producción eléctrica estaba cubierta con creces por energías renovables, y pagábamos por su electricidad el precio más caro, lo que suponía enormes beneficios para Iberdrola y Endesa».

Ante las aseveraciones de que la planta cierra por los nuevos impuestos nucleares, el grupo ecologista argumenta que «Garoña cierra por nuestra oposición constante durante 40 años».

Consideran, además, que la decisión no es casual, y que Iberdrola y Endesa, dueños de la central, «tratan con el cierre de Garoña de chantajear al Gobierno para que retire los nuevos impuestos de residuos radioactivos al resto de centrales nucleares. Su apuesta es no tocar los beneficios del resto del parque nuclear. Reclamamos un calendario de cierre de los siete reactores nucleares que continúan activos».