Maite SOROA | msoroa@gara.net
Nuevos héroes y cristianas familias
El primer día de todo año nuevo, por regla general, suele ser un tanto tedioso. Las noticias de toda la vida -primer bebé del año, discursos televisados de fin de año, incidencias y accidentes de una larga noche de cotillón- copan las previsiones para el primer periódico del año. Y en el caso de servidora, la cosa se complica al no haber diarios que repasar del día anterior. Ante lo cual, el último número del año que nos dejó, aun con dos días de retraso, suele ser la referencia. Licencias de un oficio particular, que diría mi amiga.
La prensa de la carcundia hispana sacudía a sus fantasmas habituales. Con el president Artur Mas a la cabeza, con el partido de fútbol que ex jugadores del Athletic y la Real jugaron en Lekeitio en apoyo a los derechos de los presos vascos siguiéndole muy de cerca, se cebaron de lo lindo. Lo cual no es ninguna sorpresa. Hoy, sin embargo, mi interés se centró más en sus «héroes» y sus «valores supremos», y entre Pinto y Valdemoro, encontró a los dos iconos convertidos ya en oscuros objeto de deseo de los fachas más ultras.
El primero de ellos es un tal Ángel Carromero del que una solo sabe que es un pepero que conduce, por decirlo en palabras suaves, de manera temeraria. Pues bien, andaba por Cuba con dos llamados opositores y se dio un castañazo con el coche con resultado de muerte para estos y fue condenado a cuatro años de cárcel. El PP puso toda su furia para una repatriación exprés y ayer, coincidiendo con que pasa las Navidades en la prisión de Segovia, «El Mundo», «ABC» y «La Razón» daban órdenes a toque de corneta: ¡indulto o régimen abierto ya! Para eso tienen mayoría absoluta; y potestad absoluta sobre el perdón, algo que a mí me parece un residuo de la monarquía absoluta.
En segundo lugar, venía la «familia cristiana». Los diarios del facherío editorializaban entre pompa y loas a una «institución» que consideran una «esperanza firme» y un «pilar fundamental» sin el cual «la sociedad se desintegraría» y la «humanidad correría peligro».
Ya ven lo tremendos que se ponen. Y encima, parece que han encontrado la salida a la crisis: ¡Todos a hacer hijos e hijas! Palabra de Kiko Argüello. Y ya se sabe, si Kiko dice ven... los ultracatólicos lo dejan todo.