Mensaje tranquilizador de Caracas tras informar del delicado estado de Chávez
Apenas veinticuatro horas después de que el vicepresidente y canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, informara del delicado estado de salud del presidente bolivariano, Hugo Chávez, tras sufrir «nuevas complicaciones» tras la operación a la que fue sometido el pasado 11 de diciembre, noticia que sacudió el fin de año de los venezolanos, el Gobierno de Caracas aseguró que el mandatario pasó el último día de 2012 «tranquilo y estable» e instó a no creer «rumores mal intencionados».
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El ministro venezolano de Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza, aseguró que Hugo Chávez pasó el último día de 2012 «tranquilo y estable» acompañado de sus familiares y algunos altos cargos de su Gobierno. Arreaza, que es también yerno de Chávez y se encuentra en La Habana, pidió en su cuenta de twitter a sus compatriotas que «no crean en rumores mal intencionados». Algunos medios informaban ayer de que el mandatario se encuentra en coma inducido.
El mensaje tranquilizador del Ejecutivo de Caracas llevó veinticuatro horas después de la alarma generada por las palabras del vicepresidente, Nicolás Maduro, que el domingo indicó que el estado del presidente «continúa siendo delicado» tras haber sufrido nuevas complicaciones postoperatorias y anunció que prolongaría su permanencia en la capital cubana.
Maduro, siguiendo instrucciones del propio Chávez, ofreció un parte médico el pasado domingo desde la capital cubana y señaló que a su llegada a la isla fue informado de que el mandatario, reelegido holgadamente por tercera vez en octubre y que debería tomar posesión del cargo el próximo día 10 de enero, sufre «nuevas complicaciones surgidas como consecuencia de la infección respiratoria» que le fue diagnosticada el 17 de diciembre.
Chávez, de 58 años de edad, fue sometido el pasado 11 de diciembre a una, en sus propias palabras, «compleja» intervención quirúrgica en La Habana para atajar la reaparición en la zona abdominal del cáncer que le fue diagnosticado a mediados de 2011 y del que ya había sido operado en otras tres ocasiones.
El anuncio de Maduro, que admitió que el proceso de Chávez no está «exento de riesgos», motivó la suspensión de un macroconcierto organizado en Caracas para despedir el año y multiplicó las misas por la salud del líder de la revolución bolivariano. Pero también volvió a encender las redes sociales con todo tipo de mensajes, lo que llevó al ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, a pedir respeto para el estado de Chávez por su condición de jefe de Estado y a llamar a manejar el tema con responsabilidad.
Un eventual escenario sin Chávez ha forzado toda clase de especulaciones y una aparente polémica, y la oposición, que ve en su ausencia la oportunidad de derrotar a la revolución bolivariana, no deja pasar las ocasiones para atacar al Ejecutivo y a sus integrantes. Ahora, tras el viaje a Cuba de Maduro -en cuya ausencia las funciones de vicepresidente recaen en el ministro de Energía Eléctrica, Héctor Navarro-, advirtió de que el Gobierno no quiere reconocer que hay «una ausencia temporal del presidente en funciones» y que los «altos funcionarios» no tienen la «estatura» para informar de la «verdadera situación» de Chávez.
La salud de Hugo Chávez mantiene en vilo a los venezolanos desde el 8 de diciembre, cuando anunció que se le habían detectado «células malignas» tras año y medio de tratamiento contra el cáncer y advirtió sobre la posibilidad de un escenario en el que no pueda estar y para el cual eligió a Nicolás Maduro como su sucesor político. Y la incertidumbre crece a medida que se acerca el 10 de enero, cuando debería jurar un cuarto mandato.
La oposición exige que se informe detalladamente de su estado y se designe a una junta médica que viaje a Cuba, mientras el oficialismo defiende que el que Chávez no asuma la Presidencia el día 10, fecha en la que, según la Constitución, debe iniciar su nuevo mandato, no determina una ausencia absoluta y rechaza una polémica que considera forzada.
Según el artículo 231 de la Carta Magna, el candidato elegido tomará posesión el 10 de enero «del primer año de su período constitucional» ante la Asamblea Nacional y señala que si «por cualquier motivo sobrevenido» no puede jurar lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia, sin especificar fecha o plazos.
A su vez, el artículo 233 establece que en caso de que se produzca una falta absoluta del mandatario electo antes de tomar posesión, se encargará del puesto el presidente de la Asamblea Nacional y se convocarán nuevas elecciones en 30 días. El texto define como «faltas absolutas» su muerte, renuncia o destitución decretada por el Supremo, su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica, el abandono del cargo y la revocatoria popular de su mandato. GARA