Retórica belicosa y escalada militarista en Japón
La victoria del líder del Partido Liberal Democrático japonés, Shinzo Abe, vino de la mano de una retórica belicosa que anunciaba una nueva era de confrontación. El contencioso territorial sino-japonés en torno a las islas Diaoyu/Senkaku estaba, sin duda, muy presente, al igual que el dossier norcoreano. Desde la posguerra, la política exterior nipona siempre se ha debatido entre aquellos que planteaban una política sumisa a EEUU y quienes apostaban por otra autónoma y con agenda propia. Con Shinzo Abe, esa disyuntiva se ha despejado. Y la última prueba de ello es la decisión de adquirir drones espía estadounidenses Global Hawk. Un paso que no pasará desapercibido para sus vecinos y que aumentará la tensión en una zona muy militarizada, con una dolorosa historia de guerras y ocupación, con sentimientos a flor de piel que los gobernantes azuzan para legitimar sus decisiones.
Ronald Dore, uno de los mayores conocedores de la sociedad y economía de Japón, advertía recientemente de que cualquier periódico que osara referirse a las islas Senkaku sin la locución de «Islas Senkaku, prefectura de Okinawa» se exponía a ataques de extrema derecha, rotura de cristales o incluso bombas en su redacción. Un ejemplo que da una idea de la atmósfera social nipona, de la peligrosa escalada bélica que se ha instalado y no para de crecer.