Dicen que año nuevo, vida nueva, pero algunas y algunos han empezado 2013 donde lo dejaron para comerse las uvas. Es decir, dando leña y tratando de marcar el paso al inquilino de la Moncloa. Es el caso de «El Mundo», que ayer aprovechaba una encuesta de cosecha propia para pedirle a Rajoy y a los jueces que le zumben a Mas, nuevo public enemy -quién se lo iba a decir al convergente- de la derechona del infraebro. En un editorial titulado «Claro mensaje al Gobierno y a la Audiencia Nacional», el diario de Pedro J. señalaba que «los españoles quieren que el Estado responda con rigor y firmeza al desafío de Artur Mas». La verdad, cuando algunos demócratas de toda la vida se ponen a hablar de rigor y firmeza a una se le erizan los cabellos. Dicho esto, el editorialista apunta, nunca mejor dicho, que «una inmensa mayoría aboga por recurrir primero al Constitucional para frenar la consulta y un 71% cree que Mariano Rajoy debería inhabilitar al presidente de la Generalitat si desobedece una sentencia que le impida convocarla. Así pues, el jefe del Ejecutivo tiene que tener muy presente esta abrumadora opinión de los ciudadanos». Así es como entiende «El Mundo» que debe gobernar el PP, a golpe de editorial y sondeo precocinado. Democracia made in Spain.

Y otro que sigue por donde andaba es el columnista de «La Razón» Alfonso Merlos, uno que quiere hacerse un hueco en el star system carpetovetónico. En este caso, el tal Merlos utilizaba el partido que la selección nacional catalana de fútbol tenía previsto jugar ayer contra Nigeria para escribir lo siguiente. Agárrense porque tiene tela: «No hay que darle más vueltas. Estamos ante un mecanismo de control de masas. Lo han ensayado todos los regímenes que se han llevado a tortas con la democracia». Pues resulta que a servidora, después de leer el párrafo en cuestión, le ha venido a la cabeza una masa embravecida vestida con camisetas rojas con toques amarillos -gualdas, que dirían- gritando como posesos cuando un pequeño albaceteño metió un gol que los medios madrileños nos metieron hasta en la sopa. Va a ser que Merlos tiene razón: estamos ante un mecanismo de control de masas ensayado por todos los regímenes antidemocráticos.