Tras del apoyo global a Palestina en la ONU, los sionistas plantean ahora anexionar Cisjordania
Apenas un mes después del voto mayoritario en la Asamblea General de la ONU en favor del reconocimiento del Estado de Palestina sobre las fronteras de 1967, los partidos de la derecha israelí -entre ellos el gobernante Likud, los partidos ultraortodoxos y la «joven guardia» del sionismo-religioso-, hacen de la anexión de Cisjordania un tema central de campaña, su mayor promesa electoral. Al margen de ser un posicionamiento que busca conectar con la apetitosa bolsa de votantes que suponen los colonos -340.000 y subiendo-, constituye una declaración de intenciones, y revela el verdadero objetivo del proyecto colonialista israelí y su política de apartheid.
En lo que a Israel respecta, desde las orillas del río Jordán al Mediterráneo, desde el Golán sirio al Sinaí egipcio, todo es su territorio. Un territorio «sagrado», para judíos y solo para judíos. Su proyecto colonial ahora pasa, transitoriamente, por una «solución Bantustán» para los palestinos, desconectados del mundo exterior, sin control sobre el agua, limitada a la altura de sus edificios y la profundidad de sus tumbas. El mundo no puede permanecer impasible ante esa apuesta que condena al exterminio a todo un pueblo.