Victora agónica del Baskonia en el Top 16
La mano del Baskonia se impone a La Mano de Elías
Los de Tabak desperdiciaron una renta de 12 tantos con un parcial de 24-6 en el tercer cuarto. A golpe de triple, el Baskonia remontó en el último cuarto. San Emeterio, con una penetración y una defensa, decidió.
MACCABI TEL AVIV 70
CAJA LABORAL BASKONIA 71
Arnaitz GORRITI
Es excelsa la diestra del Señor. Del señor San Emeterio, por supuesto. A falta de ocho segundos, y con 70-69 en el marcador, Fernando San Emeterio, que no cuajó precisamente su mejor partido, se elevó con una penetración tan decidida como difícil para clavar el 70-71 en un Nokia Arena que solo rugía cuando el Maccabi de Tel Aviv anotaba.
Pero aún restaban ocho segundos, y tras el tiempo muerto de Blatt, Ohayon penetró, bien defendido por San Emeterio. Ayudado por sus compañeros, el capitán baskonista paró en seco al director hebreo, que se «comió» el balón, incapaz de lanzar en segundo esfuerzo a canasta. Apareció el mejor Baskonia para imponerse -como hace diez años, por un punto- en La Mano de Elías. La mano de San Emeterio fue más fuerte esta vez, quizá porque la mano del Baskonia estaba detrás para empujarlo hacia el triunfo. Es excelsa la diestra del Señor. Del señor San Emeterio.
Ganado y perdido a la vez
El Caja Laboral Baskonia sumaba su segunda victoria en este Top 16 después de ganar y perder el partido en un par de ocasiones. En el segundo cuarto, jugadores como Cook, Pleiss, Causeur o Milko Bjelica infligieron un parcial de 5-21 al Maccabi -y su pabellón, calladito- pasando del 27-23 adverso a un 32-44 en tiempo de descanso.
Pero llegó un apagón total en el tercer período. La defensa macabea comenzó a pegar más fuerte -nada denunciable sino la permisividad arbitral y la pasividad baskonista en el ataque- y su ataque a atinar desde lejos, sobre todo Hickman -motor de la remontada israelí-, Devin Smith y Shawn James. Un parcial de 24-6 -mejor un 19-1- hizo que el marcador pasara de 37-49 a 56-50 al final del tercer cuarto.
El Baskonia no las metía de dos -13 de 37-, ni tiros libres -6 de 12-, pero sí de tres, ya que 5 de sus 13 triples entraron en este período, de la mano de Nemanja Bjelica y Oleson. Ni la quinta falta -inexistente- de Lampe, ni la posterior técnica al polaco tumbaron a los de Tabak, que voltearon el duelo a base de sendos triples del escolta alaskeño y el alero serbio: 67-69.
Pero ahí llegaron los nervios. La épica volvía a un duelo entre el Maccabi de Tel Aviv y Saski Baskonia, ya que los gasteiztarras compensaban sus fallos en el tiro robando balones y dominando el rebote -14 en ataque-. San Emeterio y Nemanja Bjelica erraban sendas penetraciones -el santanderino vio cómo su tiro se salía y Hickman taponaba al balcánico- y el Baskonia veía, a 29 segundos, que primero un tiro libre de Hickman y luego una penetración de Ohayon ponían el 70-69 en el luminoso.
Tiempo muerto de Tabak, y San Emeterio que penetraba desde la izquierda hacia el centro. Saltó en rectificado, evitando el tapón y... clavando el 70-71, dejando muda a la afición local. Había que aguantar el último intento del Maccabi. Ohayon agarró el balón, confiando en La Mano de Elías. Pero la mano de San Emeterio estaba ahí; la mano del Baskonia.
Zan Tabak quiso relativizar la importancia del arbitraje, ubicándolo entre los «elementos que no se pueden controlar». Sin embargo, fueron bastante permisivos con la defesa macabea y echaron de forma dudosa a Lampe.
Tras un horrible tercer cuarto, el Baskonia se levantó desde los 6,75 metros. Entre Nemanja Bjelica y Oleson el Baskonia volvió a un partido casi perdido. Con todo, la canasta final de San Emeterio vino de una penetración.
«Lo que hemos tenido que hacer para volver al partido después del tercer cuarto, demuestra que el equipo tine carácter», resumía un pletórico San Emeterio, que concedía que «he metido el lanzamiento que peor he tirado en todo el partido. Pero esto a veces pasa, y ha salido bien».
Zan Tabak, por su parte, lamentaba que «aunque hemos ganado en una de las canchas más complicadas de Europa, teníamos una oportunidad de decidir el partido en la primera mitad. Nos ha faltado decisión en ataque, ya que no jugábamos para sumar. Pero el equipo sacó otra vez el carácter». A. G.
