¡Ya estamos en 2013! Un año en el que sangre y lágrimas nos han sido prometidas para acompañar los esfuerzos indispensables antes de la gran recuperación nacional y europea. En Francia, el paro va a continuar aumentando, el crecimiento se va a estancar, el poder adquisitivo se va a deprimir, el planeta se va a recalentar... Pero al precio de mucho sufrimiento, una mejora quizá se haga visible en el horizonte del próximo año. Totalmente en el 2014, podremos exclamar, para exorcizar las previsiones de los economistas serios (...).

¿Y si 2013 no es el año de la gran depresión, la tristeza o el dolor? ¿Y si los próximos meses son los de coraje y la negación del fatalismo? ¿Y si la esperanza prevalece sobre la desesperación generalizada? Pues, como escribe Edgar Morin en «Le Monde», «hoy más que ayer hace falta desconfiar de la docta ignorancia de los expertos» que nos anuncian lo peor. 2013 quizá sea el año de la justicia social y fiscal, del matrimonio para todos y, por qué no, del derecho a sufragio acordado para los extranjeros. 2013 puede ser también el año de la ejemplaridad del Gobierno y de los más ricos. El año de la solidaridad, palabra sublime y remedio absoluto contra la depresión y la renuncia.

Está es la esperanza que «Liberation» quiere llevar este año que comenzamos. Sin renunciar a la descripción de la obscuridad del mundo, pretendemos más que nunca dar cuenta de la otra cara. Colorida y optimista. !Feliz año!