Dos centenares de personas se dieron cita en Karmengo Plaza de Markina para participar en la composición de un mosaico gigante en colores rojo, verde y blanco y denunciar así la «imposición» que supone la orden de colocar la bandera española «tanto en el exterior como también en un lugar preferente del interior de la casa consistorial», según dicta la sentencia emitida el pasado noviembre por el juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 5 de Bilbo.

La iniciativa para llevar a cabo esta protesta partió de un grupo de ciudadanos disconformes con una decisión judicial que estimaba el recurso presentado por la Abogacía del Estado español frente a la postura del Gobierno municipal. Éste, regido por Bildu, se había negado a cumplir el requerimiento formulado el 26 de marzo de 2012 por el delegado del Gobierno en la CAV, Carlos Urquijo.

Los impulsores de este mosaico no se van a detener en esta acción, sino que tienen voluntad de continuar defendiendo el derecho a elegir qué símbolos quieren que ondeen en el edificio consistorial de su pueblo.

Por ello, el próximo sábado 19 de enero celebrarán a partir de las 17.00 un homenaje a la ikurriña al que invitan a acudir a toda la ciudadanía. Además, van a editar pegatinas referentes a esta reividicación, del mismo modo que hace unas semanas repartieron folletos informativos entre los vecinos.

Moción municipal

Por otro lado, ese mismo día, a las 13.00, tendrá lugar un pleno extraordinario para debatir una moción que cuenta con el respaldo tanto de actuales corporativos como de antiguos concejales. El pasado lunes, el alcalde de Markina, Juan José Txurruka, compareció en rueda de prensa para criticar la decisión judicial y asegurar que la colocación de la rojigualda no equivale a reconocerla, ya que es «contraria a la voluntad mayoritaria».