PINILLA | Triunfo rojiblanco
Los cachorros comienzan el año tal y como acabaron el anterior
TERUEL 0
BILBAO ATHLETIC 3
GARA | TERUEL
El Bilbao Athletic alcanza el ecuador liguero asentado en la tercera plaza. Los rojiblancos no solo no han acusado la numerosa lista de ausencias -bien por la llamada del primer equipo, bien por las lesiones como la que mantendrá a Serantes apartado del verde un buen tiempo-, todas ellas de peso, sino que mantienen una línea de progresión continua, que les ha llevado a enlazar once jornadas consecutivas en positivo.
Empiezan así 2013 como acabaron el año anterior, ganando con solvencia. Si se comieron las uvas con la satisfacción de haber derrotado con claridad a un rival directo, ayer se ganaron los regalos goleando a domicilio, aunque tuvieran que esperar a la reanudación para ajusticiar a un anfitrión que dominó el primer período.
Los cachorros tiraron de practicidad en la primera parte, en la que los locales, muy necesitados de alegrías, supieron sobreponerse a un cuantioso parte de bajas para controlar el juego, con dinamismo, aunque sin excesivo acierto ante la portería bilbaina. El equipo del Cuco Ziganda se vio bien asentado en defensa, frenando a los maños en última instancia con el acierto de Magunazelaia, ayer bajo palos. Pero también pecaron de un exceso de timidez ofensiva en un primer tiempo de evidente color local.
De menos a más
Tras el descanso, el filial rojiblanco fue desperezándose poco a poco, al tiempo que el cansando iba pasando factura a la escuadra de Embela. La eficacia también resultó determinante en este segundo acto porque el primer acercamiento de los bilbainos al área local acabó con la diana de Guarrotxena.
El Teruel se vació en busca del empate, pero los contragolpes de su rival fueron ganando en peligro ante los huecos que dejaba atrás el cuadro local. Y así acabó redondeando el marcador un Bilbao Athletic que tampoco desaprovechó su segunda oportunidad clara, convertida en gol esta vez por Erik Morán. Con menos de diez minutos por delante el partido ya estaba sentenciado, pero Guillermo todavía tuvo tiempo de anotar el tercero, sometiendo definitivamente a los aragoneses con una lección de practicidad.