SEGUNDA B | 19ª jornada
Reencuentro con el triunfo para el campeón de invierno
El Alavés se sacudió dudas imponiéndose a un Izarra al que no le bastó el relevo en el banquillo.
ALAVÉS 2
IZARRA 0
GARA | GASTEIZ
Las vacaciones parecen haberle sentado de perlas al Alavés, que ayer no solo regresó a la competición, sino también a la senda del triunfo, lo que le permite cerrar la primera vuelta en el puesto que le ha pertenecido casi en exclusiva desde que arrancó la campaña. Desde muy lejos sigue mirando al campeón de invierno el Izarra, cuya trayectoria, por el contrario, no se ha visto alterada por el parón y ni siquiera por el relevo en el banquillo. Chechu Martínez se estrenó en Mendizorrotza pero no pudo hacer bueno el tópico, lo que mantiene a su equipo hundido en el descenso.
Lo cierto es que se encontró con un Alavés que regresó en mucha mejor forma de como se había ido. El equipo de Natxo González imprimió un alto ritmo al juego desde el mismo inicio del choque, demostrando un buen tono físico tras el peligroso parón navideño. Los navarros, por su parte, se plantaron en Mendizorrotza muy ordenados, ofreciendo una sensación de seguridad que ni siquiera el tempranero gol de Sendoa quebró de primeras.
Tuvo fortuna, en ese sentido, el Alavés, que encarrilaba el choque prácticamente en su primera acción. A pesar del mazazo, los de Chechu Martínez no se descompusieron, esperanzados con cazar algún contragolpe que les llevara al empate. Tuvieron la opción, cuando Ibai se plantó solo ante Urtzi -que mantuvo la titularidad, con el recién llegado Iván Crespo en el banquillo-, pero su disparo por bajo, flojo, fue bien atajado por el meta albiazul. Cuatro minutos más tarde aumentaban los problemas para el Izarra, al tener que retirarse Ziganda, lesionado.
Los locales empezaron a rondar el área de Valencia. No fue una simple cuestión de presencia, también fueron capaces de fabricar ocasiones como para aumentar la renta. Cosa que acabó llegando, aunque el orden defensivo de la escuadra navarra lo aplazase hasta el final del primer tiempo. A cuatro minutos del descanso y justo después de que Urtzi solventara el intento de Palacios, Luismi asistió en profundidad para que Borja Viguera firmara el segundo.
Claro dominio local
Apenas cambió el decorado del encuentro tras el paso por vestuarios. El Alavés siguió imprimiendo ritmo a su juego y dispuso de numerosas ocasiones para ampliar distancias, aunque ninguna especialmente clara, ante un rival cada vez más cabizbajo, que cedió la iniciativa a su anfitrión, echando un paso atrás y esperando en el área, aunque sin resignarse a perder la posibilidad de enganchar algún contragolpe para meterse en el partido.
Pero la mayor posesión de los alaveses les valió para que el balón rondase incesantemente la portería de Valencia y, sobre todo, para reducir a la nada los problemas en la suya. Borja Viguera rondó el tercero, pero el travesaño repelió su remate. Valencia o la propia impericia dejaron también sin premio los posteriores intentos de Sendoa, Guzmán y, en los últimos minutos, Jonan. El Alavés no tuvo que lamentarlo.