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Los magos de Oriente encandilan a los txikis ante una noche mágica

La ilusión de los txikis por la llegada de los Reyes Magos convirtió la jornada de ayer en una noche mágica, preámbulo de la explosión de júbilo que se dará hoy en muchos hogares vascos cuando niñas y niños procedan a abrir apresuradamente los paquetes que Melchor, Gaspar y Baltasar abrán depositado. La crisis golpea a muchas familias, hundiéndolas en la desesperación, pero los personajes llegados de Oriente contribuyeron a hacer sonreír a más de uno.

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GARA | BILBO

Fue una jornada de ilusión, de cosquilleo en el estómago, de nervios, de gritos y de algún que otro suspiro la que vivieron ayer desde la mañana miles de niñas y niños vascos al ver como los magos venidos de Oriente arribaban a nuestro país para traer mucha alegría. Por la mañana, hubo visitas a los pequeños ingresados en diversos centros hospitalarios, a los que Melchor, Gaspar y Baltasar, acompañados de su séquito, llevaron regalos, en muchos casos el que habían soñado. Por la tarde, llegaron las multitudinarias cabalgatas en muchas localidades, además de en las capitales.

Donde primero se dejaron ver los tres magos fue en Gasteiz, donde miles de txikis los recibieron con gritos de emoción a su llegada en tren. Una vez en la estación, se dirigieron en varios vehículos antiguos, acompañados de carteros reales, una fanfarre, un tractor cargado de regalos y un grupo de teatro hasta la casa consistorial, donde saludaron desde el balcón a los reunidos en la Plaza Nueva.

Tras atender las peticiones de quienes se acercaron hasta el Palacio Villasuso, a las 19.00 partió en una tarde fría pero candente en lo que se refiere a sentimientos la cabalgata. Desde la Plaza Bilbao hasta el cruce de la avenida Gasteiz con la calle Chile desfilaron las seis carrozas -tres de ellas con los Reyes Magos-, a los que acompañó un séquito de varios centenares de personas que la animaron con diversos espectáculos.

Una hora antes, en torno a las 18.00, echó a andar en Bilbo la marcha que tiñió con «todos los colores del arco iris» una Gran Vía atestada de pequeños dispuestos a saludar a sus majestades. Siete carrozas y seis grupos de animación con bailarinas, bomberos, un grupo de teatro y otro de zancudos hicieron que más de uno se quedara con la boca abierta de admiración, al tiempo que trataba de recoger alguno de los caramelos de las tres toneladas que se arrojaron.

Ya lo habían advertido en los previos, el regio trío acudía al Botxo con la misión de regalar a los villanos «un caleidoscopio, un juego de formas, luces y colores» que les iban a hacer volver a sonar y lo lograron por unos minutos mientras el desfile avanzaba camino del ayuntamiento, donde fueron recibidos por el alcalde, Iñaki Azkuna.

La música sirvió de complemento a los montajes, donde, por ejemplo, un jardín repleto de gominolas anunciaba el mágico mundo de los colores. También tuvieron cabida los superhéroes y una fábrica de chocolate compuesta por conejitos de chocolate. En una tarde fría, como la que se vivió ayer en Euskal Herria en lo meteorológico, no faltó una zona polar habitada por esquimales que dedicaban el tiempo a pescar en el hielo mientras los pingüinos colaboraban en el reparto de los caramelos.

Teñir el Botxo de colores

En sus carrozas, cada uno de los magos llevaba un tono con el que teñir a la villa. Melchor con «el azul del agua», en la que se podía ver un gigantesco acuario con peces de colores y un tiburón; Gaspar con «los matices amarillos de los campos», donde no faltaban varios espantapájaros entre campos de trigo y girasoles; y Baltasar con «el verde de la hierba y la vegetación» con mariquitas, mariposas y gusanos de colores que trataron por unos instantes que «la realidad cada vez más gris» dejase paso a un periodo maravilloso en el que olvidar las penas y las tristezas.

Para entonces, las céntricas calles de Donostia estaban a rebosar después de una tarde vibrante después de que los Reyes arribasen a la ciudad a través de la playa de La Concha y se subiesen en unos vehículos a pedales -unos taxi-bici- en los que acudieron a la recepción en la casa consistorial, abandonaron así la tradición de viajar en barca.

A las 18.00, partió del Boulevard la cabalgata, en la que participaron -además de los tres personajes centrales y sus pajes en carrozas adornadas por cebras, figuras egipcias y gorilas- trikitilaris, txarangas, bomberos con su camión escala con el que alcanzar los últimos pisos de los edificios de viviendas, un tren txu txu y rebaños de animales. Al contrario que en otras localidades, fue a la conclusión del desfile, una vez repartidos más de 1.200 kilos de caramelos aptos para celíacos y mucha ilusión, cuando sus majestades visitaron a los txikis ingresados en centros sanitarios.

Cortejo de abanderados

En Iruñea, los Reyes Magos, junto a su multicolor cortejo de abanderados, entraron en la ciudad por el Puente de la Magdalena, ubicado en la ruta del Camino de Santiago, donde cientos de txikis les esperaban a las 16.00 para acompañarles en su recorrido por las calles. Una vez cruzado el Arga, el trío venido de Oriente cruzó el puente levadizo del portal de Francia, donde su puerta de 1.824 kilos se abrió para dejarles pasó a la vez que las campanas de la catedral y de las iglesias del Casco Viejo repicaban para anunciar su llegada.

Posteriormente, Melchor, Gaspar y Baltasar, montados en sus dromedarias y escoltados por la comitiva real, se dirigieron por las calles del centro histórico hasta llegar a la casa consistorial, donde tuvo lugar la recepción oficial, en la que la alcaldesa en funciones, Ana Elizalde, les dirigió unas palabras de bienvenida en nombre de todos los iruindarras.

A continuación, visitaron la Casa de Misericordia, donde el cortejo real descansó antes de volver a desfilar por las calles del centro. Por cierto, en Iruñea, también se repartieron 3.000 kilos de caramelos, que hicieron las delicias de quienes acudieron a agasajarles.

En la cabalgata estuvo un furgón de los roscos que se incluyó a la comitiva de carrozas, caballerías, abanderados y dromedarias que acompañaron a Melchor, Gaspar y Baltasar en su paseo triunfal por la ciudad. Al igual que en otros puntos, la ilusión fue la protagonista.

En Barakaldo

El alcalde de Barakaldo y los Reyes Magos entregaron ayer al mediodía una canastilla con productos infantiles al primer bebé baracaldés de 2013, Aisha Arribas Salmoral. El padre y la madre recogieron el obsequio.

En Gernika

En Gernika, se aprovechó para rendir un sentido homenaje a Fernando Aranburu, recientemente fallecido, para reconocer su dedicación a la cabalgata. Se entregó a su viuda una placa en reconocimiento.

luto en málaga

Un niño de seis años murió atropellado por una de las carrozas de la cabalgata de la ciudad andaluza de Málaga. Según los testigos, fue arrollado cuando se agachó para coger alguno de los caramelos que habían arrojado.

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