El sacerdote Mario Orantes, condenado en 2001 a 20 años de prisión por la muerte del obispo guatemalteco Juan Gerardi, perpetrado en abril de 1998, salió el viernes de prisión tras haber sido beneficiado con la redención de su pena y, tras reiterar su inocencia, mostró su intención de seguir ejerciendo su labor pastoral.

Por la muerte de Gerardi fueron condenados también tres militares: el coronel Byron Lima Estrada, de 78 años; su hijo, el capitán Byron Lima Oliva, de 42, y el sargento, Obdulio Villanueva. Este último fue señalado como presunto autor material y murió decapitado en prisión el 12 de febrero de 2003, durante un motín.

Solo el capitán sigue en prisión, después de que su padre fuera excarcelado en julio por el mismo motivo que Orantes.