A los rojillos se les acaba el combustible al final y vuelven a ser colistas
Jugaron una primera media hora en la que pudieron adelantarse en el marcador, pero en la segunda parte fueron totalmente dominados por el Sevilla, que acabó anotando a falta de siete minutos para el final.
SEVILLA 1
OSASUNA 0
Natxo MATXIN
Lo que fue un inicio esperanzador acabó siendo una cuesta abajo que finalizó en el tramo final con el varapalo del gol de Spahic, un resultado que devuelve a Osasuna al último puesto de la clasificación, lugar que ocupó hace dos meses y que abandonó tras empatar en casa con el Málaga. Los rojillos solo aprobaron en el plano defensivo, ya que en ataque dieron una muy pobre imagen que deja muy poco margen a la esperanza de continuar así.
Advirtió Mendilibar en la previa que había que estar muy atentos a la salida del Sevilla y sus pupilos le hicieron caso. Muy bien plantada, la escuadra navarra ya presionaba en campo rival la salida de balón de los hispalenses, Con esa predisposición, el cuero estaba la mayor parte del tiempo en el terreno de los anfitriones.
Y ello propiciaba, por pura lógica de la distancia, que los rojillos estuviesen más enfrascados en cómo intentar batir a Diego López que en cubrirle los flancos a Andrés Fernández. Tan es así, que la primera media hora fue totalmente encarnada, con un centro muy peligroso de Cejudo (m.10) que Kike Sola no llegó a concretar con su testa y una colada de Armenteros por la izquierda -es donde ayer jugó- que acabó en fuerte disparo (m.25), interceptado con el pecho por el meta sevillista.
Ante tal tesitura, los nervios comenzaron a aflorar en un desangelado Sánchez Pizjuán, que abroncaba a los suyos por el raquítico rendimiento que estaban ofreciendo. Miel sobre hojuelas para los intereses rojillos, que veían cómo el encuentro se ponía ideal para hacerse con los tres puntos, aunque la puntería y las ideas al llegar al área contraria no eran tan claras como en la destrucción.
Sin embargo, el choque igualó fuerzas cuando en una jugada aislada de los locales Miguel Flaño tocó hasta en dos ocasiones el balón con el brazo en apenas un minuto de diferencia. Del Cerro Grande no apreció voluntariedad en ambos lances, pero ello espoleó en cierto sentido al Sevilla, que dispuso de la más clara en un pase en profundidad de Reyes a Negredo, quien picó ante la salida a la desesperada de Andrés, pero sin darle dirección de gol a la pelota.
Bajón y derrota
Dio un giro radical el panorama tras la reanudación con un Sevilla más suelto y dominador, consecuencia del bajón en el nivel de atosigamiento de los de Mendilibar, que culminaría en la derrota. Así, la escuadra navarra comenzó a sufrir en propias carnes las continuas llegadas de los de Nervión. Apretando los dientes y apareciendo en última instancia la figura de Andrés Fernández, el cuadro rojillo achicaba como podía las andanadas locales.
El cuerpo del guardameta murciano evitó que Kondogbia (m.54), Navas (m.63) y Rakitic (m.66) adelantasen a los anfitriones. Pero ya no pudo impedir que a falta de siete minutos Spahic consiguiese el objetivo después de firmar otros dos paradones y ante una defensa navarra que en esa jugada se mantuvo muy estática y fatigada. Osasuna fue claramente de más a menos, sin profundidad cuando llevó el mando, y regresa a la misma situación en la que estaba hace dos meses: colista.
Los jugadores rojillos saltaron al césped del Sánchez Pizjuán vistiendo camisetas de apoyo a Asier Riesgo, como ya hicieron con anterioridad con otros compañeros, caso de Sisi.