Tras la llegada de Iván Crespo, que el sábado se estrenaba oficialmente como jugador albiazul, aunque fuera ocupando plaza de banquillo, el Alavés espera ahora la llegada de Gorka Laborda. No hay aún confirmación oficial por ninguna de las tres partes, pero todo parece indicar que el delantero habría alcanzado ya un acuerdo para desvincularse de la Peña Sport y arribar a la capital alavesa.

Sin traspaso de por medio, al menos con cargo a las arcas del Alavés que, según confirmó ayer Javier Zubillaga, no tiene la intención de rascarse el bolsillo, pese a su objetivo de reforzar la plantilla en varios puestos. «El jugador que quiera venir al Alavés -explicó el Director deportivo albiazul, en declaraciones recogidas por Efe- deberá llegar a un acuerdo con su club porque nosotros no podemos hacer frente a ningún pago». Así se ha materializado, de hecho, el fichaje de Iván Crespo, que tenía contrato en vigor con el Mirandés, pero que no estaba contando con la confianza de Carlos Pouso, lo que le llevó a solicitar su carta de libertad y negociar su salida, incluso a costa de «dejar de ganar dinero», según admitió Zubillaga.

Es probable que el Alavés apuntale así las tres posiciones que se había marcado como objetivo para el mercado invernal -principalmente portero y delantero, por las bajas de Miguel y Negredo, además de lateral zurdo-, pero no que haga demasiados amigos. Y es que según diversas fuentes, ni en Tafalla ni en Écija han sentado bien los contactos del club albiazul con Laborda y Juanje Torrejón.