Muchos lo comparaban hace unos pocos años con el «Messías». Pero, lo cierto es que, si seguimos con esta comparación religiosa, Leo Messi se ha convertido en Dios al lograr algo que nadie antes lo había conseguido: reunir cuatro Balones de Oro en su vitrina personal.

Johan Cruyff, Michel Platini y Marco Van Basten ganaron el premio en tres ocasiones, un récord que Messi pulverizó ayer en Zúrich, con su tímida sonrisa y su humildad habitual al acaparar el 41.60% de los votos. Superó a Cristiano Ronaldo, que fue segundo (23.68%), y a Andrés Iniesta, tercero (10.91%).

Aunque hasta 1995 este galardón solo se entregaba a jugadores europeos -por lo que estrellas mundiales como el brasileño Pelé o Maradona jamás pudieron conseguirlo-, nadie puede discutir que Leo Messi se ha ganado en este último lustro la entrada con letras doradas en el Olimpo del fútbol.

El delantero argentino del Barcelona ha pulverizado récords uno tras otro. Sus últimos datos, estos: fue el máximo artillero de la pasada Liga española con 50 tantos y se convirtió en el mejor goleador en un año natural, con 91 dianas en 2012.

Con la humildad y timidez que nunca le abandonan fuera del campo, Messi señaló que «es increíble lograr este premio otra vez y más el cuarto y seguido. Impresionante. Quiero compartirlo con mis compañeros del Barcelona, sobre todo con Andrés. Es un orgullo estar al lado tuyo hoy (ayer)». También dedicó, «especialmente», el premio a su mujer y su hijo Thiago, nacido hace dos meses.

Wambach y Del Bosque

Por otro lado, la estadounidense Abby Wambach, campeona olímpica en Londres 2012, se llevó el Balón de Oro a la mejor jugadora mundial, mientras que Vicente del Bosque (34,51%) ganó el premio al mejor entrenador de un equipo masculino. Superó a Jose Mourinho (20,49%) y Pep Guardiola (12,91%), quien reconoció que «el año que viene volveré a entrenar».