El Ibex se quedó a las puertas de los 8.500 puntos en el máximo intradía y dejó para mejor ocasión su conquista. Para ello, según los expertos, se necesitan todavía más acicates que los conocidos hasta el momento en el comienzo de año. La eliminación, al menos temporal, del temor al abismo fiscal en Estados Unidos, la caída de la prima de riesgo por debajo de los 360 puntos y el alivio proporcionado a los bancos por el Comité de Basilea al aflojar las condiciones en el cumplimiento de las nuevas normas han obrado ya la mejoría de los mercados. Ahora, el turno llega a los resultados empresariales, que pudieran convertirse en otro trampolín o en serio obstáculo para asentarse sobre los niveles alcanzados en estos primeros días de 2013. Por el camino, además, se tendrán que soportar las habituales llamadas al orden en forma de anuncios de rebajas de calificación crediticia para deudas soberanas y más intercambios de opiniones sobre la necesidad del rescate total para el Estado español, que está siendo devorado por el peso de los costes de financiación. El Ibex finalizó en los 8.453 puntos, tras subir un 0,40%. En el resto de Europa tan solo París (+0,03%) aguantó en positivo., mientras que Fráncfort (-0,48%) y Londres (-0,18%) encajaron leves pérdidas. En el Ibex, el papel dinamizador correspondió otra vez a los bancos. Todos ellos, encabezados por Popular (+5,54%), elevaron su cotización. También despuntaron los avances de Enagás (+5,31%), Dia (+3,61%) y FCC (+3,51%). En París, Société Génerale (+3,17%) fue el mejor, frente a Technip (-3,99%), el más castigado de la sesión.