Raimundo Fitero
El mejor
Parte del mundo futbolero estuvo pendiente del esmoking con estrellitas que lució Messi al recoger su cuarto Balón de Oro, un galardón que se da por votación restringida entre profesionales del medio. La gala, que duró apenas una hora y que cumplió con precisión suiza el horario previsto es un ejemplo de cómo hacer un espectáculo televisivo entretenido, con contenidos y hasta emociones. La puesta en escena, tan sencilla como práctica. Los presentadores dúctiles, sin estridencias. Los mandamases que debían hablar, escuetos, muy controlados. Los premiados, con la lección bien aprendida. Agradecimientos rápidos y sonrisas. La realización eficaz, con lo imprescindible, pero bien elaborado y con un buen ritmo, sabiendo utilizar las cámaras de apoyo, y hasta la ralentización cuando los premiados acudían al escenario para darle más calidad documental.
El resto lo pusieron los comentaristas de los distintos canales que lo ofrecieron en directo y en sus programas posteriores, donde surgieron las falsas polémicas, las envidas, los odios, el catetismo y hasta los rasgos de xenofobia disfrazados de patrioterismo futbolero que es el más patético. Cada cual que aguante su vela. Hay unos productos televisivos dedicados al fútbol que son un nido de consignas deleznables que obtienen un porcentaje de audiencia que viene a señalar el trasvase de los escuchantes de la radio futbolera a la televisión.
Pero si Messi puede considerarse el mejor en lo suyo, nos hemos despertado con que una organización no tan conocida como la FIFA, desde luego, la británica Fundación City Majors, a través de una votación abierta por internet que nos dicen han participado más de cuatrocientas mil personas de todo el globo, ha declarado a Iñaki Azkuna el Mejor Alcalde del Mundo de 2012. Si le faltaba algo a este hombre para creerse el inventor de Bilbao, ya tiene una medalla más, un galardón al que dicen que concurrían novecientas ciudades y del Estado español solamente Bilbao y Terrassa. No sé, me parece estupendo, por lo que tiene para que se fijen más en Bilbao, pero me huele mal. Leo las consideraciones, el formato del premio y me suena a cosa liviana. ¿Cuánto nos habrá costado?