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23º Mundial masculino

Un Mundial exclusivo para europeos

La primera fase arranca hoy, aunque el exceso de participantes y el sistema de competición aplaza la emoción hasta el momento de los cruces directos, cuando los aspirantes se lo juegan todo a una carta.

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Juan Carlos ELORZA

El partido que enfrentará esta tarde en la Caja Mágica de Madrid a las selecciones de España y Argelia será el punto de partida de la 23ª edición del Mundial, en la que se citan 24 selecciones, aunque solo entre las 14 europeas presentes cabe hablar de «las mejores del mundo». Las 10 que completan el cartel (3 de América, 3 de Asia, 3 de Africa y una de Oceanía) están lejos de poder ser calificadas como tales, y su inclusión responde a criterios que también rigen en otras disciplinas deportivas de extender el deporte -y con ello el mercado, y las prácticas clientelares que abundan en las federaciones internacionales para mantener el status de sus dirigentes- a todo el globo terráqueo.

Pero, a diferencia del fútbol, o del baloncesto, donde las diferencias entre las selecciones de los continentes con menos tradición en esos deportes han ido disminuyendo, en el balonmano se mantiene un abismo entre Europa y el resto del mundo que se vislumbra con especial claridad en los Mundiales por la participación de 24 selecciones (la mitad en los Juegos Olímpicos, en Londres había 9 de Europa -incluyendo el anfitrión- y 3 de otros continentes), que se traduce en campeonatos, como el que arranca hoy, donde faltará la emoción por el resultado en la mitad de los partidos de la fase previa (un total de 60).

Desde 1995 el Mundial se juega con 24 selecciones, y también desde entonces cada dos años. En cuatro de las cinco últimas ediciones las ocho últimas clasificadas han sido selecciones no europeas, y en los 22 Mundiales desde 1938 hasta hoy, de los 88 semifinalistas 86 han sido europeos y dos del resto del mundo, ambos africanos: Egipto (4º en Francia-2001) y Túnez (4º en el Mundial que organizó en 2005).

En los 9 Mundiales a 24 equipos solo Egipto (4 veces), Corea del Sur, Cuba y Túnez (una cada uno) han podido acabar entre los 8 primeros. Australia, que ha participado seis veces -esta será la séptima-, ha quedado última en cinco, y solo ha ganado un partido en una fase final, ante Groenlandia -región autónoma de Dinamarca, pero reconocida para competir internacionalmente en el continente americano-, el 25 de enero de 2003.

Y, por si las opciones de todas estas selecciones ya eran escasas, la reorganización política de la antigua Yugoslavia ha tenido un impacto directo en el mundo del balonmano. En esta edición participan cinco selecciones donde antes solo había una (Croacia, Serbia, Eslovenia, Macedonia y Montenegro), todas ellas muy competitivas, y una sexta, Bosnia, fue apeada por los pelos en la eliminatoria previa por Alemania (60-57 en el tanteador global). No es de extrañar que la IHF se «inventara» una denominación para los partidos de clasificación entre los puestos 17 y 24 (los que quedan fuera de los cruces de octavos de final), y llamara a esta fase President Cup, una especie de «título» a disputar entre las selecciones más flojas del torneo.

El campeonato, el de verdad, tiene múltiples aspirantes, y no hay más que ver los dos últimos títulos disputados en 2012 y sus protagonistas: entre los cuatro primeros del Europeo de Serbia y los de los Juegos Olímpicos solo repitió Croacia (3º en ambos). Dinamarca y Francia fueron los campeones, Serbia y Suecia los subcampeones, y España y Hungría los cuartos. Siete de ellos estarán en el Mundial, salvo Suecia, la selección más laureada de la historia del balonmano (8 oros, 7 platas y 4 bronces entre Europeos, Mundiales y JJOO), actual subcampeona olímpica, que cayó en la eliminatoria previa a doble partido ante Montenegro (41-40 en el global).

Francia, campeón de los dos últimos Mundiales, y que mantiene a todos sus veteranos salvo Bertrand Gille, será uno de los más serios candidatos, aunque habrá que ver si le influye el escándalo que ha afectado a su estrella Karabatic, imputado en el amaño de un partido de Liga.

Dinamarca, con Landin en la portería y Hansen como goleador, intentará aprovechar a la mejor generación de su historia.

Croacia es una apuesta segura para luchar por el podio en cada campeonato que participa. España tratará de hacer valer su condición de anfitrión para pelear por el oro. Y varios aspirantes más estarán a la expectativa.

 
 
 
 
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