Recuerdo una mañana, hace tres años, en Chamonix. En mis planes había una excursión entre los 1.500 y 2.000 metros. En la previsión meteorológica había vientos en altura de 120-140 K/h, en todo el Macizo del Mont Blanc. Tocaba cambiar de planes y conformarse con un sencillo paseo por el fondo del valle. Aquel día, por seguridad, se cerraron todos los teleféricos y remontes de la zona. Misteriosamente, a media mañana, el aire dejó de moverse y durante el resto del día hizo buen tiempo.

Recuerdo otra mañana, el verano pasado, en Valtournenche. Esta vez la previsión era magnífica y los planes incluían teleférico. La idea era subir hasta los 3.500 metros y disfrutar de la alta montaña sin esfuerzo. Solo que, en esta ocasión, hacia el mediodía empezó a soplar un fuerte e inesperado viento. A la vista de los acontecimientos tocaba adelantar la bajada. Y, ni aún así, pude evitar el desagradable «baile» del teleférico con ese viento.

Un desagradable baile que tampoco han podido evitar muchos esquiadores recientemente en Panticosa. Combinado, además, con sensaciones térmicas muy bajas (-20º C) ya que las temperaturas estaban próximas a los 0º C y los vientos eran superiores a 100 k/h. ¿Qué les ha llevado a estar ahí arriba en unas condiciones tan malas? ¿Falta de información? ¿Errores en las previsiones? ¿Previsiones mal interpretadas? ¿Es cierto que se había emitido una alerta amarilla (80 km/h) por viento?

Tan preocupante como la desinformación es que se pueda producir una situación meteorológica compleja de forma inesperada. En cualquier caso, más de mil personas a la espera de un rescate son demasiadas. Aún cuando la previsión y la realidad no sean primas hermanas, una actividad en montaña requiere conocer con detalle las alertas, saber las temperaturas y vientos que se esperan y estar atento a los cambios de tiempo.

Para obtener los datos previos podemos echar mano de Internet: páginas web como las de Aemet (parte diarios de montaña, emitidos a las 15:00), Meteo France o Barrabes. Para el resto no nos queda otro remedio que observar bien el cielo.