Ahora que acaba de estrenarse «The Master», la película de Paul Thomas Anderson inspirada en el fundador de la Iglesia de la Ciencilogía, es una buena oportunidad para darse cuenta de lo mucho que ha perjudicado a la imagen pública de Tom Cruise ser miembro destacado de dicha secta. El actor se las está ingeniando para recuperar la popularidad perdida, sin renunciar a su sectarismo. Y la única forma posible es participar en películas que gusten. Lo primero de todo ha sido una cura de humildad mediante caracterizaciones irreconocibles, pero que le han permitido descubrir un gran talento para la transformación en «Tropic Thunder» y «Rock of Ages». El siguiente paso consiste en una mayor contención estelar, dejando a un lado su sonrisa dentrífica y endureciendo su estilo interpretativo, a lo que se presta de lleno su nueva franquicia «Jack Reacher».

«Jack Reacher» debería ser en teoría el recambio de «Misión Imposible», pero habrá que aguardar a ver los resultados comerciales de la primera entrega lanzada a modo de test. Es una saga que entraña un mayor riesgo, puesto que se trata de cine policiaco, que no está tan de moda como el cine de acción espectacular y cosmopolita con agente secreto. «Jack Reacher» representa un tipo de thriller mucho más sobrio, sustentado en un estilo de violencia más realista y, por lo tanto, que no se presta al artificio y la pirotecnia. Basta decir que los modelos clásicos en los que se inspira el celebrado guionista de «Sospechosos habituales» Christopher McQuarrie, como realizador, son «Harry el sucio» y «Bullit».

Pero la verdadera base argumental se encuentra en las novelas de Lee Child, seudónimo del escritor Jim Grant, protagonizadas por un antiguo investigador de la policía militar que vagabundea por EEUU a causa de su pasado traumático. Su capacidad de deducción le hará ser solicitado para resolver casos como este inicial de un francotirador.