Todo humorista puede hacer una buena comedia si se lo propone, incluso Kevin James, que por primera vez hace reír y pensar con «Here Comes the Boom». Ha echado el resto participando en la producción y la escritura del guión, a fin de conseguir que su comicidad cinematográfica adquiera un sello más personal que en fallidos intentos previos como «Superpoli de centro comercial» o «Zooloco».

En «Here Comes the Boom» James trabaja el gag físico, al tener que hacer de luchador que se calza los guantes de boxeo para participar en combates de artes marciales mixtas, los cuales tienen lugar dentro de una jaula (sic). El actor no practicaba la lucha desde su época escolar, así que se ha tenido que preparar a fondo para poder hacer las coreografías que exigían aprender, sobre todo, a encajar los golpes.

El motivo ficcional de tal sacrificio es de naturaleza solidaria, porque el protagonista de la función pretende recaudar fondos, una vez que se entera de que también hay una buena bolsa por perder. En realidad es profesor de biología, y ese dinero extra va destinado a salvar el aula de música de su insitituto, que con los recortes en cultura se ha quedado sin su presupuesto anual.