«Lola Versus» pone de relieve el progresivo encasillamiento de la comedia romántica indie
Greta Gerwig es uno de los rostros más representativos de la actual comedia indie, y en «Lola Versus» carga con la responsabilidad de una muestra del género llena de clichés románticos a los que no escapa.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Daryl Wein y Zoe Lister Jones son pareja sentimental y hacen películas juntos. Escriben a cuatro manos los guiones, que luego él dirige y ella interpreta. Debutaron hace tres años con la comedia romántica indie “Breaking Upwards”, que iba sobre una pareja neoyorquina consumida por la rutina, hasta que cada cual empieza a provocar la ruptura por su lado. Su segundo largometraje “Lola Versus”, presentado en el Festival de Tribeca, es más de lo mismo, sin que se aprecie ningún cambio sustancial o digno de reseñar.
Greta Gerwig tiene que cargar con todo el peso de la película, pero no dispone de una dirección como la de Whit Stillman en “Damiselas en apuros”. Aquí, el ambiente entre artístico e intelectual en que se mueve es del todo superficial, y daría exactamente igual que los personajes fueran todavía al instituto, porque las relaciones entre ellos no cambiarín gran cosa. Todos aspiran a tener profesiones liberales y vivir de su creatividad, pero los conflictos afectivos que protagonizan no reflejan sino inmadurez.
La estudiante que prepara su tesis y hace sus primeras incursiones en la escritura lo deja todo en suspenso, cuando su prometido le comunica semanas antes de la boda que ya no quiere casarse. Sufre entonces una crisis de identidad e intenta superar el abandono con la ayuda de sus dos mejores amigos, pero se crea una relación triangular que deberán aclarar. Mientras tanto el “ex” vuelve con la intención de retomar su romance donde lo dejaron, y con tantas idas y venidas nuestra chica acaba hecha un lío.