Explicar las causas del abandono de los dos pilares estratégicos de ELA hasta la década de 1990 -la apuesta por el estatutismo para defender el soberanismo y el rechazo al sindicalismo basado en el diálogo social para pasar a un modelo de confrontación- es el eje central de la obra que el exsecretario general la central Joxe Elorrieta ha publicado con Txalaparta.

Elorrieta destacó que desde principios de la década de 1990, en el ámbito internacional se tenía constancia de que el diálogo social era un error. Sin embargo, décadas después se sigue defendiendo esta práctica: en los países mediterráneos, porque los sindicatos tienen una dependencia financiera de los estados que impulsan ese diálogo social, por lo que no pueden actuar autónomamente. En Alemania o Gran Bretaña, porque las centrales sindicales tienen dependencia orgánica con los partidos socialdemócratas.

En este sentido, Elorrieta recordó que ELA fue capaz de dejar ese modelo, abandonando foros como el Consejo de Relaciones Laborales, en el que tenía una representación de carácter mayoritario.

Para ello, consideró importante que en el seno del sindicato hubiese una narrativa única, un mismo diagnóstico de lo que estaba pasando y lo que había que hacer. Para lograr una nueva identidad sindical fue preciso el impulso interno y una interacción social con otras centrales, especialmente con LAB.