El plenario del X Congreso Confederal de CCOO aprobó por unanimidad el informe que Unai Sordo presentó por la mañana ante la presencia del secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo. Ambos emplazaron a la patronal vasca y al resto de sindicatos vascos a ponerse «manos a la obra» para negociar un acuerdo que «permita salvar la negociación colectiva en Euskadi».

En el décimo congreso planteará, entre las prioridades para los próximos cuatro años, la necesidad de «confluir con más organizaciones sindicales y movimientos sociales para construir una alternativa a las políticas de ajuste y neoliberales». Dijo que será «un frente para cambiar las políticas desde la propuesta y la movilización», precisó.

Al acto inaugural también acudieron el consejero de Empleo del Gobierno de Gasteiz, Juan María Aburto; el presidente de Confebask, Miguel Angel Lujua; el presidente del CRL, Tomás Arrieta; y del CES, Juan María Otaegi, además de representantes de EH Bildu, LAB, UGT y otras organizaciones sindicales y políticas.

Sordo centró gran parte de su intervención en «la complicada coyuntura económica, política y sindical» de la CAV. Dijo que «se está promoviendo una auténtica involución social, en la que la crisis aparece como coartada para deteriorar el modelo laboral y salarial».

Interrelación

Para el líder de la segunda central sindical en representatividad, «pocas veces como ahora estamos ante una situación que afecte al conjunto del país de forma íntimamente relacionada con nuestro entorno español y europeo y que cuestione tantos elementos a la vez: el modelo de desarrollo económico, de relaciones laborales, de ámbitos de gobierno, etc».

En este caso, explicó que CCOO, «en ningún momento ha rehuido la pugna por los derechos y garantías de los trabajadores vascos, desde las mesas de diálogo social, hasta la defensa a ultranza de un marco de negociación colectiva sectorial de Euskadi, pasando por la movilización sostenida y creciente que se traducía en cuatro huelgas generales y centenares de manifestaciones y asambleas a lo largo de estos cuatro años».

Indicó que todo eso se produjo dentro de «una campaña antisindical basada en falsedades y promovida desde distintos estamentos, aireada y jaleada por medios de comunicación conservadores y de extrema derecha» y lamentó la «confluencia argumental» que ha sostenido «alguna organización sindical vasca», según añadió.

Terminó indicando que la acción sindical de CCOO se ha realizado desde «desde una profunda convicción ética. Nuestra legitimidad nos la da nuestra presencia en las empresas, nuestra representación y nuestra afiliación. Más que nada y que nadie. Pero hay que hacer un esfuerzo por explicar el valor de la acción sindical, sobre todo en los centros de trabajo, donde más delicada es la situación».