Para quienes todavía piensan que internet es una especie de bosque de Sherwood virtual donde mostrar con plena libertad su enfado contra el estado actual de las cosas, está muy equivocado. En realidad, internet y las llamadas redes sociales tienden a parecerse más a un gran ojo vigilante que a aquel refugio frondoso. Muestra de ello son las acciones emprendidas recientemente por la Fiscalía de la Audiencia Nacional la cual ha llamado a declarar en el pasado mes a varias personas debido al contenido «altamente peligroso» de las opiniones reflejadas en sendas redes sociales.

Así, tenemos el caso de Almudena Montero (@almu_en_lucha). La autora del libro «Mi vida perra. Diario de una treintañera cualquiera»: tuvo declarar ante la fiscalía por supuestos tuits «violentos» que incluían citas de Antonio Gramsci. La noticia corrió como un reguero de pólvora por las redes y #Gramsci llegó a ser Trending Topic. Tras Montero, topamos con el caso de Loba Roja, (@albacorazonnegro). El 19 de diciembre declaró «en calidad de investigada por un supuesto delito de enaltecimiento del terrorismo por unos tuits de los GRAPO» y una cita de Mario Benedetti: «Hay tres clases de gente: la que se mata trabajando, las que deberían trabajar y las que tendrían que matarse». La propia protagonista ha señalado en relación a este texto que «yo lo de Benedetti lo comente sólo porque me sorprendió pero no para que me lo pongan hasta en la sopa».