Situado en el barrio de Olibet, junto al río, el edificio que durante tantos años albergó a la empresa familiar Lekuona -actualmente la firma tiene establecimientos repartidos por Donostia, Oarsoaldea y otros puntos de Gipuzkoa- dejará de ser una ruina para convertirse en 2015 en un centro dedicado a la danza, la cultura y la creación. De propiedad municipal, inicialmente estaba previsto que la antigua panificadora se convirtiera en una biblioteca, pero la necesidad de desalojar el centro Arteleku de Martutene, afectado por las inundaciones del pasado año, ha encadenado una serie de acontecimientos que han provocado, finalmente, su conversión en una infraestructura mucho más ambiciosa y que se podría definir como una especie de fábrica de artes escénicas.

El anuncio fue realizado ayer en el interior del edificio -bastante dañado por el desuso y por «visitantes» varios- por el alcalde de Errenteria, Julen Mendoza, y la diputada de Cultura, Juventud y Deportes de Gipuzkoa, Ikerne Badiola. Junto a los medios de comunicación, profesionales de las artes escénicas como Fernando Sáenz de Ugarte, director general de Dantzaz; el coreógrafo Jon Maya o Igor Otxoa, director de proyectos de Donostia 2016.

Su presencia en el lugar tenía su explicación. En sus 3.500 metros cuadrados, la antigua papelera se convertirá en la sede de Dantzagunea, el centro dedicado a la danza de la Diputación de Gipuzkoa que actualmente está en Arteleku, y, por tanto, de Dantzaz, la compañía de ballet joven y plataforma al mismo tiempo para el primer empleo en el mundo de la danza. A su vez, dará servicio al sector de las artes escénicas de la zona y de toda Gipuzkoa.

Plan Estratégico 2025

La cuestión es que Errenteria es, desde hace tiempo, un activo foco cultural. En el centro cultural Niessen, actualmente también remozado, han ensayado y preestrenado gran parte de los grupos del mundo del teatro de Gipuzkoa; de aquí salió la prestigiosa compañía Ur -la única vasca ganadora del Premio Nacional de Teatro-, y en la actualidad es también sede de varias compañías como la de danza Kukai, que dirige Jon Maya, o la escuela municipal de música y danza. Aquí se celebra la semana de música vasca Musikaste, está la coral Andra Mari... en suma, que la actividad fabril de otros tiempos parece que se mantiene al menos en lo que a la cultura se refiere.

No sucede lo mismo en lo económico. Centro de una zona deprimida y afectada por la crisis, como es Oarsoaldea, Errenteria ha pasado de ser la conocida como «la pequeña Manchester», como recordaba ayer su alcalde, a tener la tasa de paro más alta de Gipuzkoa. Desde el pasado mes de octubre, alrededor de trescientos vecinos han participado en ocho mesas sectoriales en las que se ha realizado un primer diagnóstico -ahora ya están en la segunda fase- de la situación de la localidad, de sus activos y de sus problemas, cara a la definición de las estrategias para el futuro que se concretarán en el Plan Estratégico 2025.

Un Plan Estratégico en el que, a tenor de lo apuntado ayer por su alcalde, la cultura tendrá un importante papel en lo que se pretende como un cambio de la tendencia actual negativa, de «buscar alternativas a una ciudad industrializada, aprovechando su caudal cultural» y convertirla en una «ciudad de cultura creativa», según afirmó.

Los proyectos y las posibilidades son muchos; de hecho, ahí está también 2016 y la capitalidad cultural europea de Donostia, en donde Errenteria quiere convertirse en casi un «apéndice» de la capitalidad, con proyectos como la creación de un albergue para los artistas que acudan a Donostia.

La antigua panificadora sería, por tanto, un primer paso en ese camino. De momento, tiene fecha de finalización -2015-, aunque todavía falta por encargar el proyecto, que apuntaron se realizará durante los primeros meses de este año. El Ayuntamiento ha destinado 800.000 euros a tal fin, lo que constituye su principal inversión en 2013, y prevén empezar las obras este mismo año, aunque previamente se abrirá un proceso participativo con los agentes culturales para definir las necesidades concretas de los espacios y también para determinar cómo será el proyecto cultural. La biblioteca finalmente irá a Niessen, donde también establecerá su sede mientras duren las obras Dantzagunea, para lo que tanto el Ayuntamiento como la Diputación destinarán 400.000 euros a partes iguales.

En lo que se refiere al edificio de Lekuona, el lugar, al acceder a su interior, sorprende por su luminosidad. El tejado acristalado y el interior diáfano gustaron a Fernando Sáenz de Ugarte, director de Dantzaz, a quien escuchábamos que «casi lo dejaría como está; me gustan estas estructuras industriales». Todavía a la espera de que que se concrete como será su paso a Errenteria, la compañía Dantzaz se encuentra metida de lleno en los ensayos cara el estreno en mayo de su nuevo montaje en el Teatro Victoria Eugenia.