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Los usuarios de Bilbobus sufrirán los recortes que ultima el Gobierno Azkuna

La calidad del transporte público en la capital vizcaina se verá aún más mermada con los recortes que el Consistorio y la empresa concesionaria, Alsa, ultiman para este y el próximo año a pesar del incremento del número de viajeros. Las frecuencias de paso de los autobuses en ocho líneas se verán afectadas en breve, sumándose otras dos en 2014.

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Agustín GOIKOETXEA

Los usuarios de Metro Bilbao ya conocen las primeras consecuencias de la disminución de frecuencias de paso de los trenes -50 convoyes al día- y de que se eviten servicios especiales en jornadas especiales como la que vivió el Botxo el sábado con la multitudinaria manifestación de Herrira y el primer fin de semana de rebajas. Ahora, gracias a otra denuncia de LAB, ha transcendido que el Gobierno Azkuna y la empresa concesionaria de Bilbobus, Alsa, ultiman los detalles de una reordenación de horarios y trayectos de las líneas de autobús que afectarán este ejercicio a ocho recorridos y se extenderá a otras dos para 2014.

A pesar de que el Plan de Gobierno 2011-2015 del equipo de Iñaki Azkuna dice apostar por ofrecer un «servicio de calidad» y una renovación de la flota, todo lleva a pensar que el camino emprendido es el contrario. Desde diciembre, según ha podido conocer GARA, se suceden las reuniones entre la representación de los trabajadores de Bilbobus, Ayuntamiento y Asla para tratar sobre el proyecto de reordenación que impulsa la compañía concesionaria.

El grupo Alsa asumió la gestión del servicio -al que las arcas municipales destinarán 28 millones de euros en 2013- después de que llegase a un acuerdo con la multinacional francesa Veolia, quien resultó adjudicataria en 2008. Tras cuatro años de control salpicados de conflictos laborales y de incumplimientos de contrato relacionados con la calidad, los nuevos gestores asumieron el compromiso de prestar el servicio en las mismas condiciones.

Sin haber transcurrido un año desde que el Ayuntamiento permitiese la compraventa, Asla quiere modificar las condiciones del contrato, aduciendo que las pérdidas anuales alcanzan los 3 millones de euros. El comité de empresa, controlado por UGT y CCOO, asume el plan de la empresa, con la oposición de ELA y LAB. Esta última central no acepta los recortes y tampoco una nueva amortización de puestos de trabajo, que barajan que podría afectar a 15 trabajadores.

Desde la oposición, Helena Gartzia, de Bildu, rechaza las pretensiones empresariales, asumidas por el Gobierno municipal. «¿Porqué asumieron la gestión de Bilbobus, si es una compañía deficitaria?», se pregunta, al tiempo que exige responsabilidades a quienes adjudicaron en 2008 el servicio a Veolia y luego permitieron la entrada de Alsa. Tampoco pasa por alto que el envejecimiento de la flota aumenta, después de que en 2009 se suspendiera el plan de nuevas adquisiciones «por la coyuntura económica».

Diez líneas especialmente afectadas

Las primeras líneas afectadas por los recortes en las frecuencias serían Santutxu-Plaza Circular (40), Larraskitu-Castaños (72), San Inazio-Txurdinaga (13), San Inazio-Zorrotza (18), Santutxu-Lezeaga (48), Deustu-Atxuri (11), Artatzu/Xalbador-Moyua (76) y Uribarri-Termibus (26). Además, en 2013 y 2014 se amplía la temporada de verano en una semana para todo Bilbobus, empezando el 1 de julio, por lo que habría menos autobuses circulando.

Con esas actuaciones -que afectan de forma diferente a las líneas sea sábado, festivo o laborable-, se quieren quitar a diario 2,5 vehículos, aunque los fines de semana alcanzarían los 5. También se contempla acortar el trayecto de la línea 18 por la calle Iparragirre, en dirección a San Inazio.

No queda ahí la disminución de la oferta en Bilbobus, ya que en 2014 afectaría a la línea Termibus-Arabella (62), quitando un vehículo diario y acortando el recorrido desde Alameda Urquijo a Termibus, de modo que finalizará en la Plaza del Sagrado Corazón. Asimismo, en las días laborables, se quitará el próximo año un autobús a la línea Sarrikue-Atxuri (22).

No serían las únicas reducciones, pues en los próximos meses Bizkaibus -dependiente de la Diputación- dejará de cubrir a consecuencia de la reordenación del servicio las líneas a Artxanda y al Hospital de Santa Marina, al estimar que son competencia municipal. Bildu viene defendiendo que el Ayuntamiento tiene que asumir que Bilbobus explote esos dos trayectos.

LAB alerta del «empeoramiento del servicio público de transporte» en Bilbo, «dado que las frecuencias entre autobuses se espaciarán de manera notable» por lo que el tiempo de espera en las marquesinas se prolongará. La central añade que habrá momentos en que los usuarios no podrán acceder a los vehículos al estar «a tope de su capacidad».

El sindicato, al igual que vienen demandado diferentes agentes en los últimos años, estima que el Consistorio debería rescatar «de modo urgente» la concesión. «Es tan sencillo como explicar que quitando intermediarios se ahorrarían el dinero que ahora les falta», argumentan. En 2009, un informe de fiscalización del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas sobre el contrato que se había adjudicado a Veolia aconsejó esa posibilidad, después de efectuar un estudio técnico que el PNV se niega a promover.

El vicepresidente de la Federación de Asociaciones Vecinales de Bilbo. Carlos Ruiz, denuncia que detrás de la reorganización de las líneas de Bilbobus lo que se oculta es un recorte de las prestaciones a la ciudadanía, la misma que soporta el incremento de las tarifas y de la carga impositiva general. Por ello, apuesta por «reorganizar el gasto público, aumentándolo en prestaciones de características sociales, como debe de ser el servicio de transporte colectivo», en vez de priorizar otros gastos menos necesarios.

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