La plataforma contra la exclusión y por los derechos sociales Berri-Otxoak denunció ante la sede de Lanbide de Barakaldo «el entierro de los derechos sociales de la ciudadanía».

En este acto de protesta, varios enterradores -armados con palas, coronas, cirios y kilos de arena- dieron sepultura a una persona que se encontraba en el interior del ataúd de los derechos sociales a las puertas de la oficina de Lanbide de la localidad de Ezkerraldea.

Con esta parodia, Berri-Otxoak denunció que «familias sin ingresos, personas paradas que han agotado el subsidio por desempleo, solicitantes de ayudas para el alquiler, personas jubiladas perceptoras de pensiones mínimas... se agolpan en las dos oficinas de Lanbide, sin que se pongan medios adecuados».

Desde el colectivo denunciaron que «sí se les aplican malas prácticas para impedirles que accedan a las ayudas». Porque entienden que con un paro de 9.500 personas, dos oficinas «no atienden con rigor, teniendo en cuenta que son 6.500 familias de Barakaldo las que perciben las prestaciones sociales que gestiona Lanbide».