Decenas de miles de manifestantes llegaron ayer a Islamabad, capital de Pakistán, secundando la llamada de un influyente líder religioso para denunciar la incompetencia y la corrupción del Gobierno y presionarlo para que acometa reformas.

La marcha promovida por el islamista moderado Tahirul ul-Qadri, fundador de la organización caritativa Minhaj-ul-Quran (La Vía del Corán), llegó a primera hora de la noche a las puertas de la ciudad, desde donde esperaban poder seguir hacia el Parlamento a pesar de la prohibición.

«Es una marcha por la democracia, contra los saqueadores que gobiernan Islamabad y Lahore, contra las fuerzas del mal, contra los opresores y los que explotan a los pobres», dijo a los medios Ul-Qadri, antes de que se iniciara la marcha.

Su movimiento exige la creación de un Gobierno provisional que acabe de raíz con la corrupción y la mala gestión de los asuntos públicos.