La Real alcanzó el domingo con 26 puntos su mejor puntuación en Primera División al término de la primera vuelta desde la temporada del subcampeonato 2002-03 (43), pero eso no deja satisfecho a casi nadie a la hora de hacer un balance porque el equipo da la sensación de tener capacidad para lograr más.

En las últimas nueve jornadas los blanquiazules solo han perdido en el Bernabéu (4-3) y, sin embargo, el sabor que queda después de los dos últimos partidos, en los que se han desaprovechado situaciones de superioridad numérica, es amargo.

El partido de Málaga marcó un antes y un después en cuanto a resultados, pero tampoco el nivel y el juego del equipo ha sido mejor en los últimos nueve partidos, en los que ha sumado 16 puntos, que en los primeros diez, en los que se sumaron 10.

La diferencia estriba en que en las primeras jornadas la Real no vio reflejado en los resultados el juego que hacía y acusó mucho las bajas y la mala forma de un jugador como Vela que no marcó su primer gol en jugada hasta ese partido de Málaga que marcó un punto de inflexión.

Lo más destacado ha sido la capacidad de reacción del equipo ese partido crítico al borde del descenso con cantidad de bajas y tras exigirse en Anoeta la dimisión de Montanier.

Ese día se demostró que la Real es capaz de responder en las situaciones críticas, como lo hizo en Valencia, como el año pasado, después de caer eliminada en la Copa. Por contra, a los blanquiazules les falta responder en situaciones favorables en las que no dan ese paso adelante para poder aspirar a algo más que la permanencia.

Dos estilos diferentes

La primera vuelta se puede diferenciar no solo por resultados en esas dos partes divididas por el partido de Málaga. También por el estilo de juego. En los primeros nueve partidos Markel fue el pivote defensivo e Illarramendi jugaba más adelantado con Zurutuza en la media punta y Xabi Prieto en banda derecha.

A partir de ahí, Illarramendi ha sido el pivote más defensivo, con Pardo como doble pivote, Prieto de media punta y Vela en la derecha. Montanier ha apostado por un equipo muy ofensivo con Griezmann e Ifrán para jugar con ellos y eso le ha beneficiado al equipo fuera de casa y le ha perjudicado en Anoeta.

En los nueve partidos jugados con esta fórmula ha sumado diez goles en los cuatro disputados como visitante y ocho en los cinco del estadio, la mitad de ellos ante un Rayo que ofreció muchas facilidades. Con equipos que no han dejado jugar como Osasuna, Getafe y Deportivo, la Real ha tenido problemas para atacar porque la forma de jugar y el bajón en el rendimiento de Griezmann provoca que lleguen pocos jugadores al área a rematar.

Se incide mucho en los cuatro goles marcados entre Agirretxe (3) e Ifrán, pero Xabi Prieto, Griezmann, Agirretxe y Chory Castro solo han marcado en dos partidos distintos e Ifrán y Zurutuza en uno. Ningún jugador utilizado como medio centro ha marcado y en el aspecto goleador solo los defensas -con seis goles, cuatro de ellos en jugada- y Vela a partir de Málaga, con ocho, están a la altura.

Curiosamente, la Real ha defendido mejor con más jugadores ofensivos en estos últimos nueve partidos, en los que ha recibido nueve goles, cuatro de ellos en el Bernabéu. El equipo ha defendido en general bien sin muchos jugadores defensivos, pero el mayor mérito hay que atribuirlo a los defensas y, salvo sus dos graves errores de Anoeta, a Illarramendi. Además los defensas han sido claves en ataque y no solo por sus goles, también han dado asistencias.