Maite SOROA | msoroa@gara.net
La mani les cabrea
La manifestación -más bien macroconcentración- de Bilbo sigue dando que hablar. Para bien, en el caso de quienes asistimos y seguimos recordándola. Y para muy mal para quienes viven anclados en el pasado. Y no necesariamente en el más cercano. En su columna de «ElSemanaldigital», el siempre tan recurrido Pascual Tamburri intentaba pasar el trago. Empezaba señalando que «los líderes y cargos públicos de EH, EA, Bildu, Sortu, (y Aralar, todo junto), o como lo quieran llamar, se manifiesten un sábado por Bilbao, que allí se insulte a España, y por supuesto que se pida no sólo el traslado al País Vasco de los terroristas presos sino también su liberación y la imposición de su proyecto político... es lo que cabe esperar. Así ha sido durante décadas, así se ha consentido durante décadas, y quizá lo del sábado 12 sorprende aún menos a los que ya en otros tiempos vimos a los burgueses jeltzales del brazo de los marxis- tas de Herri Batasuna». Se le nota cierto resquemor, ¿verdad? Pues ya verán el siguiente párrafo. Lean, lean: «Tampoco es nada sorprendente, ni ninguna novedad, que los mismos del `no a la guerra' demuestren que lo que querían decir entonces y ahora era y es `no a España', pues con los etarras presos estaban Pilar Bardem, Willy Toledo, Joan Tardá por ERC y todos los admiradores de la banda, de ayer y de hoy, venidos de toda España, perdón, Estado español, los músicos Kepa Junkera y Fermín Muguruza, la escritora Toti Martínez de Lezea, los bertsolaris Andoni Egaña y Maialen Lujanbio, el futbolista Mikel Labaka (entre otros), y para poner un poco de elegancia el alcalde de Marinaleda Juan Manuel Sánchez Gordillo de la mano del exdirector de la Unesco Federico Mayor Zaragoza. Todos unidos, desde progrepijos y meapilas hasta los piojos de los perroflautas». Y aunque quiera ser faltón, eso es lo que en verdad le fastidia.
Total, que la mani le ha cabreado y pide que se tomen medidas: «Hay que crear libertad, si es necesario privando a los independentistas de su fuerza ideológica como se les ha casi privado de su fuerza asesina. Ellos mismos, saliendo a la calle, señalan el momento: o se les reduce ahora a una triste y breve nota a pie de página en la historia de esta tierra o habrá que pagar un elevado precio político. Y lo que es peor, nacional». ¿A qué se refiere con eso de «reducir»? Conociendo al personaje, lo imaginamos...