Los Comunes aprueban ceder a Escocia la potestad para convocar el referéndum
La Cámara de los Comunes de Gran Bretaña aprobó ayer un mandato legislativo para que Londres pueda ceder al Parlamento de Edimburgo la potestad para celebrar en 2014 el referéndum sobre la independencia de Escocia. Hoy se debatirá en la Cámara de los Lores.
GARA | LONDRES
Los parlamentarios británicos iniciaron ayer el debate del mandato legislativo que permitirá a Londres ceder al Parlamento de Edimburgo la potestad para celebrar el referéndum sobre la independencia de Escocia en 2014. Tras una larga sesión en la que ningún diputado se opuso, la Cámara de los Comunes dio ayer su visto bueno a la orden legislativa, que será abordada hoy por la Cámara de los Lores.
Esta orden legislativa debía ser discutida y aprobada por ambas cámaras del Parlamento de Westminster puesto que, en virtud de la Ley de Escocia de 1999 por la que se concedió a Escocia su autonomía, es competencia de Londres cualquier decisión de naturaleza constitucional.
Al comienzo del debate en la Cámara de los Comunes, el ministro británico para Escocia, Michael Moore, manifestó que otorgar al Parlamento de Holyrood la potestad para celebrar el plebiscito marcará el fin de las «discusiones» y el comienzo de un «gran debate» sobre Escocia.
«La decisión sobre el futuro de Escocia dentro del Reino Unido será la más importante que los escoceses tendremos que tomar en nuestra vida», aseguró.
Según el ministro, «facilitar un referéndum que sea legal, justo y decisivo es muy importante. Es por ello que hemos consultado este asunto y es por ello que los dos gobiernos pasaron muchas horas debatiendo y negociando el proceso».
El premier británico, David Cameron, y el ministro principal de Escocia, Alex Salmond, acordaron en octubre del año pasado la celebración de la consulta en otoño de 2014. En este plebiscito, que tendrá una sola pregunta y será vinculante, podrán votar los mayores de 16 años.
Cameron era partidario de convocar la consulta este año con el pretexto de acabar con la incertidumbre sobre este asunto, pero buscando evitar que la opción independentista sume más apoyos. El escocés Salmond presionó a favor de que la cita sea en 2014, cuando los escoceses celebran el 700 aniversario de una victoria histórica sobre las tropas inglesas de Eduardo II, en la batalla de Bannockburn.
Salmond ha prometido a sus votantes este plebiscito por considerar que Escocia, con sus grandes recursos energéticos, se beneficiará de la independencia. De hecho, uno de los asuntos más contenciosos es la propiedad de unos 20 millones de barriles de petróleo y de reservas de gas bajo la parte británica del mar del Norte.
Londres también está preocupada por el futuro de su flota nuclear submarina, cuya base está en Escocia, ya que Salmond ha dejado claro que no quiere armas atómicas en su territorio tras la independencia.
«Decidir el futuro de Escocia dentro del Reino Unido será la decisión más importante que los escoceses tendremos que tomar en nuestra vida», afirmó el ministro británico para Escocia, Michael Moore.